Aznar: «Quienes ocupan cargos de responsabilidad deben acreditar algo más que su presunción de inocencia»

EFE

ESPAÑA

El ex presidente del Gobierno asegura, en una conferencia, que siempre ha defendido una responsabilidad política más exigente que la mera responsabilidad penal.

10 nov 2009 . Actualizado a las 15:24 h.

El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, ha dicho en la conferencia inaugural del curso de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) que se debe exigir que quienes ocupan cargos de responsabilidad «acrediten algo más que su presunción de inocencia».

Aznar ha añadido, antes de ser nombrado catedrático extraordinario de Ética, Política y Humanidades de la UCAM, que «ningún código ético, ninguna vigilancia o control pueden evitar completamente la corrupción», y ha agregado que siempre ha defendido una responsabilidad política más exigente que la mera responsabilidad penal.

El presidente de la Fundación Análisis y Estudios Sociales (FAES) ha indicado que la política profesional no puede ser un medio de vida más y «no debería ser el oficio de aquellos que no tienen más oficio que la política».

A su juicio, la corrupción política traslada la deshonestidad y la indecencia desde las personas hasta las instituciones y daña gravemente la imagen pública de un país, «pero sobre todo atenta contra el corazón mismo de la buena política. No es sólo lo que se hace, sino lo que se deja de hacer, lo que se deja de proteger porque se emplea el poder para un beneficio propio».

«Es esencial que los partidos pongan el máximo celo en detectar y desautorizar a los vividores de la política que a todos nos avergüenzan y nos repugnan», aseveró, y remarcó que «hoy la política española no ofrece un escenario atractivo para desempeñar en ella un papel digno».

«Cuando la política carece de valores degenera en corrupción y cuando carece de ideas degenera en sectarios», expuso.

En su intervención, titulada «Los valores en la vida política actual», advirtió que estamos asistiendo a «mucho más que una simple crisis económica» y diferenció entre buena y mala política, considerando la primera como «radicalmente incompatible con una negociación política con los terroristas».

«Debemos estar alerta cuando un Gobierno antepone supuestos derechos de los territorios a los de las personas», afirmó, y añadió que la actividad ética de una sociedad constituye siempre un límite a los excesos del poder «y, por eso, la reacción que los Gobiernos muestran ante ella puede verse como un sistema de alerta temprana de las buenas o malas intenciones del poder».

Para Aznar, los totalitarismos se esfuerzan por sustituir los nombres de los números o por cualquier término que aleje a las personas de su condición humana, y así «la quiebra deliberada de los lazos familiares no equivale al borrado de los nombres, pero desde luego se acerca mucho al borrado de los apellidos».

En este asunto remarcó como «uno de los errores más graves de la nueva ley del aborto que impulsa el Gobierno, alentar la soledad de los menores cuando más necesitan la compañía de sus padres», y apuntó que pretender la existencia de un derecho al aborto «constituye una mayúscula agresión a la dignidad de las personas y a su derecho a la vida».

Al acto asistieron, entre otros, el cardenal Prefecto de la Congregación Para el Culto Divino, Antonio Cañizares; los arzobispos de Burgos y Zaragoza, Francisco Gil y Manuel Ureña; el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y la concejal de Madrid Ana Botella.