La presidenta madrileña da plantón al líder del PP y denuncia que se equipara a «la víctima y al agresor»

G.?B.? / ?E.?C.

ESPAÑA

04 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Esperanza Aguirre sabía que el de ayer no era el mejor día para sacar pecho en su batalla personal contra Mariano Rajoy. La advertencia previa sobre la contundencia del discurso y la constatación de que, bien por razones tácticas o por proximidad política la casi totalidad de los dirigentes populares iban a respaldar sin fisuras al presidente nacional, hacían presagiar un severo varapalo si insistía en desafiar cara a cara a Rajoy. Por eso tomó la decisión de ausentarse del debate.

La actitud de Aguirre al negarse a escuchar la reprimenda del líder constituye sin embargo un nuevo desplante que pone a prueba desde el primer momento el anuncio de Rajoy de que no aceptará ni una más. Aguirre justificó su plantón alegando que en la reunión se iba a hablar del caso Cobo y que sus compañeros podrían reflexionar sobre el tema «con más tranquilidad» si ella no estaba presente. Una excusa débil, ya que la cita no era para debatir la posible sanción a Cobo, que se tratará hoy en el comité de derechos y garantías. La presidenta madrileña no se privó, sin embargo, de cuestionar de nuevo la actitud de la dirección ante las declaraciones del vicealcalde de Madrid contra ella. «Da la impresión de que la víctima, que soy yo, se coloca al mismo nivel del agresor. A mí, la equidistancia entre los agresores y las víctimas me parece realmente muy lamentable», señaló.

Apoyo de líderes regionales

La prueba de que no era el día para plantar cara a Rajoy la tuvo Aguirre cuando la totalidad de los líderes regionales que intervinieron en el comité lo hicieron para respaldar el discurso de Rajoy. Una de los máximos valedores de Rajoy, el gallego Alberto Núñez Feijoo, calificó de «muy intenso, muy clarificador y muy positivo», el discurso del líder del PP y añadió que tiene el «absoluto respaldo del partido para seguir liderando, para seguir dirigiendo y para tomar las decisiones que tuviera que tomar en cualquier momento». «Lo que le hemos dicho a Rajoy en la unanimidad de todos los presidentes regionales que hemos hablado es que tiene todo nuestro absoluto respaldo», concluyó.

En parecidos términos se expresaron otros barones regionales, como el murciano Ramón Luis Valcárcel, que juzgó muy necesaria la contundencia de Rajoy para poner fin al «espectáculo» de los últimos días y aseguró que desde ayer no se permitirá que haya más crisis «artificiales o naturales».

Desde fuera de Génova, los partidarios de Aguirre intentaron contrarrestar esta muestra de aparente unidad en torno a Rajoy. El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, consideró inadmisible que Manuel Cobo, ponga como «excusa» de sus «insultos e injurias» contra la presidenta madrileña su «lealtad al partido y al presidente nacional». Granados lamentó que el vicealcalde de Madrid se haya «reafirmado» en sus críticas y, en contra de lo afirmado por Dolores de Cospedal, dijo no tener «ninguna noticia de que el señor Cobo haya expresado ninguna disculpa».