Los Reyes, autoridades y personalidades desfilaron ante el féretro en la capilla ardiente instalada en Madrid
27 oct 2009 . Actualizado a las 10:26 h.Muy pocos acontecimientos logran reunir en el mismo tren a todas las fuerzas políticas. La muerte de Sabino Fernández Campo es uno de ellos. El hombre que contribuyó a parar el intento golpista del 23-F fue despedido con gratitud. Desde las 12 horas, en que fue abierta la capilla ardiente en el tanatorio madrileño de la Paz, una riada de políticos desfiló por la capilla ardiente para dar el pésame a la viuda, María Teresa Álvarez, a sus hijos y a sus nietos. Por delante del féretro pasaron desde el ex presidente de la Xunta Manuel Fraga hasta el líder comunista Santiago Carrillo, la duquesa de Alba y el ex secretario de UGT Nicolás Redondo, entre muchos otros.
La derecha, el centro y la izquierda agradecieron la labor de un hombre que supo bandear con acierto uno de los segundos más trascendentales de nuestra historia: «Ni está ni se le espera». Con estas palabras, referidas a Alfonso Armada, contribuyó decisivamente a detener el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Un segundo para desactivar la bomba que hubiese partido en añicos la incipiente democracia.
Defensor de la democracia
El PSOE definió ayer a Sabino Fernández Campo, conde de Latorre y hombre clave de la transición, como un servidor del Estado que fue un «fiel defensor de la democracia y de la monarquía parlamentaria española». El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, deseó que el «ejemplo y la memoria» de Fernández «nos acompañen». Mediante un telegrama remitido a la familia, el PP alabó «su entrega, su integridad y su lealtad constitucionales». La popular Soraya Sáenz de Santamaría resaltó su «trabajo silencioso y discreto». El presidente de las Cortes, José Bono, lo calificó de «gran patriota». Sobre el féretro había una pequeña corona de color blanco con la leyenda «Te queremos». Alrededor se apoyaban otras coronas enviadas por las más altas instituciones del Estado.
Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía llegaron a las 18.30 horas y permanecieron unos veinte minutos en la capilla ardiente, donde se mostraron muy cariñosos con la viuda, los hijos y los nietos del difunto. María Teresa Álvarez comentó que su marido «murió sin dolor» y que vivió «91 años plenos». El funeral por el conde de Latorre, en la catedral de Oviedo, está previsto para hoy a las 17 horas.