El pacto sobre la presidencia europea, en jaque por la visita de Moratinos a Cuba

Ivannia Salazar

ESPAÑA

25 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La visita que realizó la semana pasada a Cuba el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha hecho tambalear el pacto de Estado que están negociando PP y PSOE para la próxima presidencia española de la UE, y ha suscitado las críticas de la disidencia cubana, tanto en España como dentro de la isla, que se mostró muy decepcionada porque el ministro conversara con Raúl Castro pero se negara a hacerlo con los disidentes, «tal y como nos había prometido», dijo a La Voz Rigoberto Carceller, presidente de Cuba Democracia Ya.

La reacción del Partido Popular tampoco se hizo esperar, después de que Moratinos anunciara la intención del Gobierno de proponer la modificación, e incluso la supresión de la posición común de la UE hacia Cuba, vigente desde 1996 y en la que los países miembros encuadran su relación con la isla, condicionada a la apertura democrática y al respeto de los derechos humanos.

Dejar las negociaciones

Tras este anuncio, los populares amenazaron con dejar la mesa de negociaciones, aunque según Jorge Moragas, secretario de Relaciones Internacionales del PP, su voluntad «no es reventar el acuerdo, sino que la UE no modifique su posición con respecto a las dictaduras. No es un tema bilateral, sino de política exterior». Moragas acotó que «si Zapatero presenta al Parlamento Europeo, con mayoría popular, un programa pactado con el PP, el tránsito va a ser más amable que si se presenta sin ese acuerdo, y encima con un tema como el de Cuba abierto y en franca oposición con las posiciones del Partido Popular europeo». «Si yo fuese Moratinos o Zapatero no me obcecaría en este asunto, porque puede encontrar resistencias en los Gobiernos europeos», afirmó. A su juicio, «es un error que el Gobierno mantenga una actitud tan complaciente con la dictadura».

De la misma opinión es Ricardo Carreras Lario, presidente de la asociación Solidaridad Española con Cuba, que considera «lamentable que el Gobierno normalice relaciones con la dictadura» y «muy lamentable también que se utilice a los presos políticos como moneda de cambio», en referencia al disidente liberado tras la visita de Miguel Ángel Moratinos, «tras lo cual otro fue condenado, pero al Gobierno español parece que no le importa nada de esto y colabora con el régimen castrista sin ningún tipo de condición». Tanto Moragas como los representantes de la disidencia coinciden en que «el Gobierno está actuando como portavoz de la dictadura en Europa», y Carceller lamentó que «la misma izquierda española que tanto habla de lo que padecieron con Franco, hoy sea incapaz de entender de qué nos quejamos los cubanos».

El Ministerio de Asuntos Exteriores se negó a dar su opinión sobre el tema a pesar de los múltiples intentos de La Voz.