Los obispos vascos piden perdón a las víctimas religiosas del franquismo

Colpisa

ESPAÑA

12 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los obispos vascos pidieron perdón «por el silencio de la Iglesia» durante la Guerra Civil y el franquismo ante el fusilamiento de 14 religiosos guipuzcoanos entre 1936 y 1937 a manos de soldados nacionales. Los prelados de Vitoria (Miguel Asurmendi), Bilbao (Ricardo Blázquez) y San Sebastián (Juan María Uriarte) presidieron una ceremonia en la Catedral Nueva de la capital alavesa para recordar en «un acto de justicia reparadora y reconciliadora» a los ajusticiados.

En la homilía, elaborada por los tres obispos, se recordó que más de 70 sacerdotes fueron fusilados en el País Vasco por los dos bandos aunque estos 14 jamás tuvieron un reconocimiento público. «No es justificable ni aceptable por más tiempo el silencio que en los medios oficiales de nuestra Iglesia ha envuelto la muerte de estos sacerdotes», incidió Asurmendi, encargado de dar lectura al texto. El obispo de la capital alavesa explicó, en líneas generales, las circunstancias que rodearon estos hechos. Asurmendi reconoció que los religiosos asesinados (doce sacerdotes, un misionero claretiano y un carmelita descalzo) fueron apresados mientras ejercían su ministerio, según el testimonio de testigos y feligreses. Además, apuntó que en el Boletín Oficial de la Diócesis de Vitoria solo se constató el 15 de octubre de 1936 el fallecimiento de los dos primeros sacerdotes. «Después se extendió sobre todos ellos un lamentable silencio de largos años», relató el obispo.

«Relegados al silencio»

Asurmendi comentó que los 14 guipuzcoanos fusilados no habían recibido hasta la fecha ningún tipo de exequias públicas y que sus nombres «fueron relegados al silencio». «Queremos contribuir a la dignificación de quienes han sido olvidados y a mitigar el dolor de sus familiares y allegados. Queremos pedir perdón e invitar a perdonar», explicó monseñor. Además, insistió en que la celebración no pretendía abrir heridas, sino «ayudar a curarlas y aliviarlas».

«Con humildad, pedimos perdón a Dios y a nuestros hermanos», manifestó ante 200 religiosos y cientos de personas, entre los que se encontraban la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, la consejera de Cultura, Blanca Urgell y el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, entre otras autoridades.

El obispo de Vitoria hizo hincapié en que el acto religioso de ayer tiene una dimensión «de reparación, de servicio a la verdad para purificar la memoria»: Asimismo, consideró que, cuando se recuerda la Guerra Civil y sus «dolorosos efectos», es necesario tener la mirada «puesta en el futuro». Asurmendi solicitó a Dios «la fuerza necesaria para rechazar siempre la violencia como medio de resolución de las diferencias y conflictos».