El presidente se burla del PP y dice que pese al «espejismo» de la victoria sigue en la oposición

G. B.

ESPAÑA

10 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero dejó claro ayer que la derrota en las elecciones europeas no supondrá un cambio en su política, como le exige el PP. En su primera comparecencia pública tras los comicios, durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, trató de enfriar la euforia de los populares. Dijo esperar que el resultado del domingo no provoque «un espejismo» en el PP. «Lo único evidente es que ustedes siguen sentados donde están», le dijo al portavoz popular Pío García Escudero, señalando así que aunque hayan ganado las europeas, en España siguen en la oposición.

Zapatero trató de mostrar un tono confiado, irónico y burlón. «Parece que ni cuando ganan están contentos», les dijo a los populares, a quienes reprochó su tono «agrio» pese a la victoria. Pero lo cierto es que, más allá de la derrota, en el PSOE preocupa la profundidad del desgaste en algunos territorios, especialmente en Madrid y Cataluña. La dirección socialista se propone analizar las causas de ese profundo descenso en votos.

Ayer, Zapatero eludió cualquier análisis y se limitó a señalar que el PSOE, al contrario de lo que achacó a los populares, acepta siempre los resultados electorales.

La estrategia inmediata de Zapatero es no dar repercusión nacional a las elecciones europeas, a pesar de que dos días antes de los comicios admitió que la tenían y que él mismo se jugaba «algo» en estas elecciones.

Cuenta con ERC, IU y BNG

El Gobierno considera que pese a todo Rajoy no tiene capacidad para sumar apoyos en el Parlamento que le permitan sacar adelante una moción de censura. A falta de proyectos legislativos de gran alcance, para los que tampoco Zapatero tiene asegurados los apoyos, su objetivo inmediato será aprobar una reforma de la financiación autonómica que le garantice el respaldo de los tres diputados de ERC de cara a la aprobación de los Presupuestos e incluso el de sus propios compañeros del PSC.

El Gobierno tampoco tiene previsto ningún giro en la política económica que implique la flexibilización del despido, como le piden los empresarios, para asegurarse también los dos votos de IU. Con esos cinco apoyos y los dos del BNG, con los que también espera contar y que le darían los 176 votos necesarios, Zapatero pretende seguir gobernando sin tener que plegarse a las exigencias de cambio de la oposición.