Patxi López se prepara para el cambio historico en el País Vasco

COLPISA, Ramón Gorriarán

ESPAÑA

El líder socialista se enfrentará a una oposición sin cuartel del PNV y pondrá a prueba la solidez de la alianza con el PP.

03 may 2009 . Actualizado a las 21:29 h.

Si no hay sorpresas, el casillero de votación del Parlamentos, 25 de diputados socialistas, 13 del PP y uno de UPyD. No será un cambio más, será el primer 'lehendakari´ no nacionalista en 29 años de democracia y en 73 años desde que se creó la institución. Tendrá la mayoría absoluta, pero no tendrá fácil gobernar; la oposición nacionalista se presume a cara de perro, y la solidez de la alianza con los populares se presenta problemática.

El secretario general del PSE logró desbancar a los nacionalistas del Gobierno de Ajuria Enea a la tercera, antes lo intentó en 2001 y 2005. Un triunfo que, aunque se ha repetido hasta la saciedad, es histórico. Patxi López, sin embargo, no va a poder paladear mucho tiempo las mieles del triunfo, tiene por delante una legislatura envenenada, según pronostican los dirigentes del PNV y reconocen con pesar los propios socialistas.

Ha logrado formar una mayoría parlamentaria con el PP, pero su fortaleza está por verse y parece difícil que se sustraiga del tenso enfrentamiento que sostienen socialistas y populares en el Congreso y en todos los ámbitos de la vida política. Euskadi es un oasis por ahora, un islote en un océano de aguas embravecidas.

El PNV fue la fuerza más votada en las elecciones del 1 de marzo y sus 30 escaños, dice, son credenciales más que suficientes para gobernar, a pesar de que no pudo construir una mayoría alternativa a la del PSE y PP. Pero en política los números cantan y el sonido es claro en esta oportunidad. ¿Cuánto va a durar esta alianza? El tiempo lo dirá, aunque los augurios son para todos los gustos y son más los pesimistas.

Las dificultades que ha encontrado Patxi López para incorporar independientes a su Gobierno son una señal de lo que se puede avecinar. El líder de los socialistas vascos va a tener difícil desarrollar un proyecto progresista porque el PP, si es coherente con su estrategia nacional, no va a acompañar a los socialistas en medidas de izquierda. La primera prueba de fuego se presentara con el paquete de iniciativas de choque anticrisis que anunciará Patxi López en su discurso de investidura del martes.

El flanco autonomista tampoco va a ser más sencillo. El líder del PSE es partidario, así lo anunció en la campaña electoral, de una reforma del Estatuto de Gernika con el consenso más amplio posible. Pero el PP la ve innecesaria y ha anticipado que no va a acompañar a los socialistas en ese empeño. El PNV, por supuesto, tampoco será compañero de viaje en este proyecto, al menos mientras siga instalado en la ola soberanista a la que se subió con Juan José Ibarretxe. Otra cosa puede ser si el todavía lehendakari da un paso al costado y el nacionalismo reorienta su rumbo, pero esa incógnita aún no se ha despejado.

Dudas

Los problemas, sin embargo, no se agotan en el escenario vasco.

En el propio PSOE hay dudas sobre las bondades de la estrategia de Patxi López y no son pocas las voces que defienden que se debía haber intentado formar Gobierno con el PNV; fórmula que, por otra parte, es la preferida por la sociedad vasca, en torno al 25% secundan esa posibilidad por apenas un 4% que son partidarios de la alianza de socialistas y populares. El acuerdo con el nacionalismo, sostienen los partidarios de esta tesis, hubiera asegurado el apoyo del PNV en el Congreso con la consiguiente estabilidad parlamentaria para el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Las dudas en el primer momento alcanzaron incluso al jefe del Ejecutivo, que en la noche del 1 de marzo refrenó las ansias de Patxi López de lanzarse a por la 'Lehendakaritza´ sin esperar más, y convenció al líder del PSE de que utilizara la expresión de en vez de , que hubiera sonado más coherente con la campaña desarrollado por los socialistas vascos. Zapatero y otros líderes querían conocer la disposición del PNV para pactar antes de buscar el acuerdo con el PP.

Pero el hecho es que pese a las dudas y las dificultades que tiene por delante, Euskadi tendrá un 'lehendakari´ no nacionalista por primera vez en su historia. El martes será la sesión de investidura en la cámara de Vitoria, en la que tendrá que competir con Ibarretxe, y el jueves tendrá lugar la ceremonia de toma de posesión en la Casa de Juntas de Gernika. El viernes, Patxi López hará público su Gobierno monocolor socialista y con independientes, y el sábado, celebrará la primera reunión de su Ejecutivo que aprobará medidas para hacer frente a la crisis económica, su primera prioridad.

No será el único reto, normalizar las relaciones con el Gobierno central, sepultar las aventuras soberanistas, profundizar la deslegitimación social y política de ETA, y desarrollar el Estatuto de Gernika son algunos de los desafíos marcados en su agenda.