Uno de los pilotos muertos en Albacete sufrió hace siete años un accidente similar en otro Mirage F-1

J.?V. Muñoz-Lacuna

ESPAÑA

22 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los tres pilotos del Ejército fallecidos el martes en Albacete al estrellarse los dos cazas Mirage F-1 con los que realizaban ejercicios rutinarios fueron condecorados ayer a título póstumo con la Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo durante el funeral celebrado en la Base Aérea de Los Llanos (Albacete).

Los compañeros del capitán Jerónimo José Carbonell, del teniente Roberto Carlos Álvarez y del capitán Fernando Negrete, portaron los féretros hasta un hangar de la base aérea. Allí, el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, ofició el funeral.

Los familiares recibieron minutos más tarde las banderas de España que cubrían los ataúdes antes de que los cuerpos sin vida de los tres militares fuesen trasladados en aviones del Ejército del Aire a sus puntos de origen: Murcia, León y Zaragoza.

Al acto asistieron, entre otros, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Francisco Pardo; el delegado del Gobierno en la comunidad, Máximo Díaz-Cano, y la alcaldesa de Albacete, Carmen Oliver.

El capitán Negrete había sufrido un accidente, también con un Mirage F-1 de la base albaceteña, en marzo del 2002 cuando sobrevolaba Zaragoza. Pudo activar su paracaídas y salvar la vida tras ser rescatado de un pantano al que cayó.