El pleno del Tribunal Superior del País Vasco prepara una respuesta a las críticas de Juan José Ibarretxe

J.?G.

ESPAÑA

17 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La comisión permanente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha convocado para el próximo viernes al pleno de la sala de gobierno para analizar las declaraciones del presidente y de la portavoz del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe y Miren Azkarate, respectivamente, tras el sobreseimiento de la causa por las reuniones con la izquierda aberzale. Al conocer la decisión, Juan José Ibarretxe opinó que era la «demostración más evidente» de que el juicio respondía a «un claro impulso político». Por ello, criticó la actuación del presidente del tribunal vasco, Fernando Ruiz Piñeiro, y la de «quienes lo han acompañado en este despropósito antijurídico y antidemocrático».

Precisamente ayer se conoció la resolución, obra del magistrado José Antonio Subinas Elorriaga, que justifica el carpetazo a la investigación por la «falta de acusación legítima para el ejercicio de la acusación penal», dado que la Fiscalía no imputó delito alguno por unos hechos que no generaron perjudicados directos y no hubo, por tanto, acusación particular. Solo actuó en el proceso la acusación popular ejercida por el Foro de Ermua y la Plataforma Dignidad y Justicia, y el magistrado considera que, al tratarse de un procedimiento abreviado, es insuficiente para poner en marcha el juicio.

En una sala compuesta por tres magistrados, esta resolución tiene dos votos particulares, algo insólito. El primero es del magistrado Juan Carlos Benito-Butrón, que comparte la conclusión de su compañero sobre el archivo, pero considera necesario precisar que el Supremo se equivocó cuando aceptó la acusación popular para juzgar y condenar a los anteriores rectores del Parlamento vasco en el denominado caso Atutxa.

El presidente de la sala encargada del juicio, Manuel Díaz de Rábago, firma a su vez un voto particular en el que defiende que la vista oral debió celebrarse porque, en su opinión, sus compañeros se escudan en una treta semántica para sobreseer la causa.