Dos sanguinarios etarras piden el cese del terrorismo y dicen que agrupar a los presos ayudaría

ESPAÑA

17 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Hay que tomar ya la decisión de materializar [...] un acuerdo político que hace ya años se tenía que haber producido». Esta es la inequívoca apuesta por el fin de la actividad terrorista expresada en una carta publicada ayer en el diario Gara por dos de los etarras con un historial más sanguinario. Se trata de José Luis Urrusolo Sistiaga, al que se le atribuyen 16 asesinatos y que cumple condenas que totalizan 685 años de prisión, y de Carmen Guisasola, a la que se implica en 33 atentados que costaron la vida a 24 personas.

Los dos terroristas, que fueron expulsados de ETA hace 10 y 12 años, afirman en una misiva que titulan Desde la cárcel de Córdoba que si los etarras presos hubieran estado agrupados en las cárceles vascas «se habría producido y materializado esa reflexión que allí [en alusión al proceso irlandés] les llevó a priorizar el camino de la negociación y el acuerdo».

Contra ETA y Batasuna

Los firmantes de la carta, desvinculados del denominado colectivo de presos políticos vascos, arremeten contra contra la actual Batasuna, que, dicen, ya no representa a «una buena parte de la base de la izquierda aberzale», y contra la cúpula de ETA por haber roto la tregua. Señalan, en este sentido, que «la garantía de que esos acuerdos [los negociados entre PSOE, PNV y Batasuna] se cumplan están en las dinámicas políticas que se generen al ir dando pasos y avanzar en un proceso de paz, en las dinámicas e ilusión que se creen en la sociedad y no en el supuesto papel de garante que la organización armada pueda aportar en este sentido».

Muestran su convencimiento de que «una vez que se llegue a un acuerdo político, ya no serán ni el mito de la organización armada ni el mundo de los presos los que la cohesionen; serán las ideas y la forma de funcionar». Añaden que «a estas alturas no se puede pensar que la estrategia adecuada sea un viraje hacia discursos y prácticas de cerrazón grupal».

Y aluden como ejemplo a lo sucedido en Irlanda, donde los que apostaron por la vía política, el Sinn Féin, «han salido fortalecidos», mientras que los terroristas que optaron por la continuidad «han quedado al margen».