El Gobierno vasco desoyó ayer la petición de las Juntas Generales de Álava y mantuvo su apuesta por el referendo sobre el futuro del País Vasco. La portavoz del Ejecutivo autonómico, Miren Azkarate, sostuvo que la consulta convocada para el 25 de octubre «cobra todavía más importancia» tras el acuerdo de la institución alavesa, en la que PP y PSOE tienen mayoría.
«Negar la celebración de la consulta es volver a dar a ETA la llave de la negociación y la esperanza», aseguró Azkarate tras la reunión semanal del Gabinete vasco. La portavoz expresó su respeto por la moción aprobada, en la que se exige al tripartito que retire la consulta porque es ilegal y genera división. Pero en lugar de valorar su contenido, acusó a los proponentes, PP y PSE, de usar argumentos que «no tienen nada que ver» con el proyecto de consulta, como la afirmación del popular Javier de Andrés, que aseguró que el plebiscito de Juan José Ibarretxe plantea un «proyecto de negociación política con ETA y de secesión de España».
Escrito de reconsideración
Entretanto, la Mesa del Parlamento vasco rechazó el escrito de reconsideración del PP contra la admisión a trámite del proyecto del lendakari y dio así vía libre a su votación en el pleno previsto para el día 27, donde será el único asunto a tratar. La oposición de PSE y PP a la tramitación del proyecto, que estos últimos estudian recurrir por «inconstitucional» al no dar opción a los grupos a presentar enmiendas, no bastó para frenarla, dado que el tripartito cuenta con mayoría en el órgano de dirección de la Cámara.