García Escudero y Arenas, máximos candidatos a la secretaría general, rechazan el cargo

ESPAÑA

17 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Mariano Rajoy parece decidido a cumplir su promesa de que solo hará público el equipo con el que se presentará al congreso del PP un día antes de que comience el cónclave. A solo cuatro días de ese inicio, el líder del PP ha dado hasta ahora pistas sobre algunas personas que estarán sin duda en ese grupo, pero no ha detallado cargo alguno. Ni siquiera se conoce en este momento quién será el secretario general del partido.

La situación no se debe únicamente a la prudencia de Rajoy. En el caso de la secretaría general, las dos personas que cuentan con más opciones para ocupar el cargo, Javier Arenas y Pío García Escudero, han rechazado públicamente el puesto. Arenas, al que varios periódicos ya dan como seguro sustituto de Acebes, aseguró ayer que no ocupará ese puesto porque quiere seguir «entregado» a Andalucía. El líder de los populares andaluces insistió en que esa posibilidad «no se ha planteado y no se va a plantear» porque Rajoy conoce perfectamente su «pasión» por Andalucía.

Incompatible

El intenso trabajo que le aguarda al próximo secretario general del PP hace que ese cargo sea incompatible con ningún otro. No obstante, Arenas se mostró dispuesto a asumir cualquier responsabilidad que le encomiende Rajoy que sea «compatible» con el liderazgo del PP en Andalucía.

En el caso de Pío García Escudero, él mismo ha expresado públicamente la opinión de que el próximo secretario general del partido debe ser una persona más joven. En la candidatura al cargo del actual portavoz del PP en el Senado existe el problema añadido de su cercanía a Ruiz-Gallardón y su enfrentamiento a Esperanza Aguirre. Cuando la presidenta madrileña se enfrentó a Gallardón para hacerse con el control de la organización regional, García Escudero era el presidente del partido en Madrid y fue apartado. El nombramiento del senador madrileño, una de las personas más próximas a Rajoy en este momento, se vería como una afrenta a Aguirre que sería incompatible con el deseo de Rajoy de integrarla en su equipo y de buscar el consenso con todos los sectores del PP.