Muere a los 82 años el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo

ESPAÑA

La capilla ardiente se instalará hoy en el Congreso y será enterrado mañana por ?la tarde en Ribadeo

04 may 2008 . Actualizado a las 13:07 h.

«Como yo no tuve nunca la ambición de presidir el Gobierno (y hago esta confesión sabiendo que devalúa un tanto mi dudosa madera de político), tardé en entender que otros la tuvieran y que por ella se rigiesen», escribía Leopoldo Calvo-Sotelo en Pláticas de familia, refiriéndose a Alfonso Osorio. El sucesor de Adolfo Suárez y referente de la transición, que vio interrumpida su investidura por el golpe del 23-F y gobernó 21 meses, entre febrero del 81 y diciembre del 82, falleció ayer en su casa de Somosaguas, a los 82 años, de forma repentina.

Comenzó a sentirse mal y a debilitársele el pulso, por lo que sus familiares llamaron a los servicios médicos, que solo pudieron certificar su muerte. «Se le ha parado el corazón», relató Leopoldo, el mayor de sus hijos, que dijo que su padre estaba pasando el puente junto a sus hijos y sus nietos y que «estaba delicado, pero se encontraba bien». Hace unas semanas sufrió una caída de la que no se había recuperado por completo.

Será enterrado mañana en Ribadeo, donde pasó su juventud, según fuentes de la familia. La capilla ardiente se instalará hoy en el Congreso. En la pasada legislatura se redactó un protocolo para el caso de fallecimientos de ex presidentes que contempla la celebración de un funeral de Estado a los cuatro días de la defunción.

Fue el segundo de los cinco presidentes de la democracia y el primero que muere. También el más culto -vivía rodeado de miles de libros, tocaba el piano y hablaba varios idiomas-y el más escéptico sobre la «siniestra política». Distante, frío, ingenioso e inteligente, aparentemente aburrido, tenía un fino sentido del humor, ironía a raudales y no le importaba confesar su «pesimismo biológico». «Es demasiado lógico para ser español», dijo de él Le Monde. En el citado libro recordaba cómo su suegra, votante de extrema derecha, lo recibía en su casa, cuando era presidente, con El Alcázar desplegado para que viera titulares como «Calvo-Sotelo, además de tonto, plagiario».

Madrileño, aunque se consideraba gallego, número uno de su promoción de Ingeniería de Caminos, entre 1954 y 1968 ocupó cargos en varias empresas, entre ellos el de consejero delegado de Unión de Explosivos Riotinto y presidente de Renfe. Desde joven se adscribió a las filas monárquicas. En 1971 fue nombrado procurador de las Cortes franquistas y, tras la muerte del dictador, fue ministro de Comercio de Arias Navarro. Luego ocupó la cartera de Obras Públicas, ya con Suárez. En 1977 fue elegido diputado por UCD, en 1978 nombrado ministro de Relaciones con las Comunidades Europeas y en 1980 vicepresidente para Asuntos Económicos. Tras la dimisión de Suárez fue propuesto como candidato a la presidencia. El 22 de febrero no obtuvo la mayoría para ser investido y, al día siguiente, la votación fue suspendida por la irrupción de Tejero. Dos días después fue proclamado presidente.

Ingreso en la OTAN

Los hechos más relevantes del mandato de Leopoldo el Breve, como se lo llamó, fueron el ingreso de España en la OTAN, el recurso contra la sentencia del 23-F y la aprobación del divorcio. En las elecciones de 1982 UCD se hundió y los socialistas lograron una victoria aplastante. Desde entonces, la figura de Calvo-Sotelo declinó hasta su retirada de la política en 1986. Estaba casado con Pilar Ibáñez-Martín, hija del que fue ministro de Educación de Franco, José Ibáñez-Martín, y tenía ocho hijos.