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Galicia sale reforzada en un nuevo Gobierno volcado en la igualdad

Enrique Clemente Gonzalo Bareño

ESPAÑA

Mantiene sus tres ministerios y Elena Espinosa suma todas las competencias sobre Medio Ambiente

13 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Galicia no solo mantiene sus tres ministerios, sino que ocupa de facto un cuarto departamento al asumir Elena Espinosa todas las funciones que correspondían al Ministerio de Medio Ambiente. En una legislatura que promete estar marcada por las tensiones autonómicas, la gallega Elena Salgado continuará al frente de Administraciones Públicas, mientras Espinosa, que se convierte en uno de los puntales del Ejecutivo, será la encargada de poner fin a la guerra del agua y de liderar la lucha contra el cambio climático, dos de las prioridades de Zapatero. César Antonio Molina recibe otros cuatro años para llevar a cabo su vasto programa cultural que en solo ocho meses de gestión dio un giro a la política del ministerio.

Más polémica para Galicia resulta la continuidad en Fomento de Magdalena Álvarez, cuya gestión ha provocado muchas y fundadas críticas en la comunidad. Manuel Chaves presionó con fuerza para que continuara, pero la decisión final, muy meditada, fue de Zapatero.

A falta de conocer los segundos escalones del Ejecutivo, ya es seguro que Constantino Méndez, nacido en Pontecesures (Pontevedra), será el número dos de Chacón en Defensa y tendrá amplias responsabilidades ante la inexperiencia de la ministra y a su obligada e inminente baja por maternidad.

Por lo que se refiere a la composición del Gobierno, hay que resaltar que por primera vez en la historia de la democracia española habrá más ministras que ministros, un departamento específico de Igualdad, y una mujer, la barcelonesa Carme Chacón, al frente de Defensa. Con estas decisiones simbólicas que tienen mucho de golpe de efecto, Zapatero quiere lanzar el mensaje de que la lucha por la igualdad será uno de sus objetivos prioritarios y la seña de identidad de su mandato. Los otros dos serán la modernización de la economía para adaptarla a un nuevo patrón de crecimiento y el combate al cambio climático. Además, habrá nueve ministros sin carné del PSOE.

Riesgos del presidente

El presidente ha asumido claros riesgos, como colocar a Chacón en Defensa o a las inexpertas Bibiana Aído, la ministra más joven de la democracia con 31 años, y a Beatriz Corredor en Igualdad y Vivienda, respectivamente, pero ha mantenido al núcleo duro, formado por los vicepresidentes Fernández de la Vega y Solbes, a los que hay que añadir a Rubalcaba, al que tuvo que convencer después de largas negociaciones, y Moratinos. Bermejo seguirá en Justicia, pero será José Antonio Alonso quien se ocupe de negociar las reformas pendientes con el PP.

Destaca el papel de Miguel Sebastián, no solo como titular de Industria, sino como valedor de Corredor y de la ministra del nuevo departamento de Innovación, Cristina Garmendia. Habrá que ver cómo se desarrolla la relación con Solbes, al que Zapatero prometió plenos poderes. Todo parece indicar que el vicepresidente será el encargado de hacer frente a la desaceleración económica, y el ministro de Industria, quien impulse el desarrollo tecnológico como factor de crecimiento económico.

La salida de Caldera para dedicarse a la dirección de una gran fundación ideológica del PSOE, una especie de FAES de izquierdas, reduce el peso político de un Gobierno en el que no ha entrado ninguna figura de relieve. Para Zapatero, es un «Gabinete que tiene fuerza política y una notable capacidad de gestión».