Ibarretxe cree que ETA, la ilegalización de partidos y algunas sentencias «nos devuelven al pasado»

Efe

ESPAÑA

El lehendakari, en su mensaje navideño, recalca que a esta «espiral sin fin» se une la «negación del diálogo como fórmula para resolver los problemas»

24 dic 2007 . Actualizado a las 18:02 h.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, considera que la violencia de ETA, la ilegalización de partidos y determinadas sentencias judiciales constituyen una «espiral sin fin» que «nos devuelve al pasado». La página web «Konpondu» (Arreglar), que activó en su día el Gobierno Vasco para promover la participación ciudadana en el proceso de paz, publica hoy un artículo de Ibarretxe titulado «Un futuro para decidir».

En él, el lehendakari recuerda que hace exactamente un año, la Nochebuena de 2006, ETA todavía no había roto «formalmente el alto el fuego permanente», pero que pocos días después cometió un «brutal atentado» en la T-4 de Barajas, en el que murieron Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Recuerda que ahora hay una situación de ruptura de la tregua, «a pesar de que la propia Batasuna le había pedido públicamente que no lo hiciera» y que «quien en su nombre le pidió que no lo hiciera, Arnaldo Otegi, está hoy en prisión».

Cita el asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, lo que ha vuelto a provocar «familias rotas, dolor, sufrimiento ante la muerte y el asesinato irracional». Ibarretxe añade que «toda esta violencia nos devuelve al pasado. Amenazas, extorsiones, ilegalización de fuerzas políticas, sentencias judiciales que de jurídicas tienen poco y de impulso político tienen mucho, dispersión de presos, muerte de sus familiares en accidentes cuando van a visitarlos a las cárceles».Recalca que a esta «espiral sin fin» se une la «negación del diálogo como fórmula para resolver los problemas».

Tras mostrar su negativa a «aceptar una vuelta atrás, una vuelta a un pasado sin ilusión y sin salida», el lehendakari se compromete a que la Nochebuena del próximo año «podamos hablar de un futuro diferente», un futuro «para decidir». «Un futuro en el que la violencia haya sido desterrada para siempre, un futuro en el que los partidos políticos hayan recibido un mandato para sentarse a dialogar y alcanzar un acuerdo, un futuro en el que la sociedad vasca sea protagonista de su propio destino», concluye.