El Gobierno dobla su retén de guardia en agosto ante el riesgo de atentados

Colpisa

ESPAÑA

Zapatero reduce sus vacaciones a quince días y mantendrá a tres ministros al frente del Ejecutivo para responder de manera inmediata a cualquier eventualidad.

29 jul 2007 . Actualizado a las 21:43 h.

El Gobierno doblará la guardia habitual en el mes de agosto.

José Luis Rodríguez Zapatero quiere dar la imagen de un Ejecutivo plenamente activo incluso en vacaciones y ha pedido a sus ministros que dediquen el período estival a preparar iniciativas de cara al último semestre de la legislatura. El temor a que ETA aproveche el relajo veraniego para hacer efectiva su amenaza de volver a matar y la inconveniencia de que, desde La Moncloa, vuelva a ofrecerse una sensación de vacío de poder, como ocurrió tras el atentado de la T-4, ha puesto además en estado de alerta a su gabinete. Esta vez el retén gubernamental estará formado por tres miembros del Gobierno, y no uno.

El propio Zapatero ha reducido sus vacaciones en Doñana a quince días. Su intención es, según fuentes gubernamentales, permanecer activo hasta el día 6 y reincorporarse a sus funciones tras la tradicional cena en Mallorca con los Reyes, el día 21. Durante su ausencia, los principales encargados de mantener engrasada la maquinaria serán la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el de Defensa, José Antonio Alonso; el de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera; la de Medio Ambiente, Cristina Narbona; la de Vivienda, Carmen Chacón y, como consecuencia de la crisis por el apagón de Barcelona, el de Industria, Joan Clos.

El Ejecutivo espera evitar así que se produzcan situaciones como las de veranos precedentes en las que, ante incidentes inesperados como el voraz incendio de Guadalajara en el que murieron once personas, en 2005, o el siniestro del metro de Valencia que se cobró 43 vidas, en 2006, se le acusó de indolente. Ahora que cree haber recuperado la iniciativa política, Zapatero no quiere errores que den a Mariano Rajoy un mínimo balón de oxígeno. Y menos en algo que tenga que ver con la lucha antiterrorista.

Durante las últimas semanas, el presidente ha advertido de que los golpes policiales contra ETA no pueden servir para echar las campanas al vuelo. Fuentes gubernamentales indican que la banda podría estar preparando un atentado de gran magnitud y no descartan una oleada violenta similar a la que sucedió a la tregua de 1998. Desde la ruptura oficial del alto el fuego las medidas de protección se han incrementado entre el personal de Moncloa e incluso se ha obligado a los segundos y terceros niveles de cada departamento a recibir cursos sobre seguridad.

Trabajo por hacer

En el entorno de Zapatero se asegura, aún así, que el principal motivo del refuerzo de las guardias de agosto reside en que «hay mucho trabajo por hacer», especialmente en los ministerios más sociales. Se trata de evitar, una vez más, la sensación de un proyecto agotado. El presidente del Gobierno espera sobre todo de la recién nombrada ministra de Vivienda una propuesta de relumbrón para atraerse a los votantes jóvenes. Y quiere anunciarla en septiembre.

Pero todos los ministerios han recibido una llamada de atención.

Es habitual que, en el tramo final de la legislatura, el Gobierno se dedique simplemente a desarrollar las leyes ya aprobadas. El último período de sesiones parlamentarias quedará copado casi por completo por el debate de los presupuestos generales del Estado y un Ejecutivo en minoría tiene pocas posibilidades de lograr adhesiones inquebrantables de los grupos minoritarios con las elecciones a la vuelta de la esquina.

Los colaboradores del presidente admiten que esa situación había llevado a muchos a estar más pendientes de su futuro próximo que del día a día y que el ambiente se había relajado. Después del golpe en la mesa de la vicepresidenta primera, en una reciente reunión con los subsecretarios, se ha recuperado, dicen, la tensión.