Empleados del banco atracado en León estuvieron 5 horas encerrados

La Voz REDACCIÓN | LA VOZ

ESPAÑA

RAMIRO

Cuando los geos entraron en la sucursal, los asaltantes habían huido con el botín Algunos de los familiares de los trabajadores necesitaron asistencia médica

07 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía liberó en la tarde de ayer a cuatro empleados de la sucursal del Deutsche Bank, en el centro de León, que fueron encerrados en la cámara de seguridad de la entidad por dos atracadores que lograron darse a la fuga. Después de más de cinco horas de cautiverio, los agentes liberaron a los empleados y comprobaron que los dos atracadores habían huido al poco tiempo de irrumpir en la entidad bancaria, informó el subdelegado del Gobierno en León, Francisco Álvarez. Según Álvarez, los empleados se encuentran en buen estado y declararon a la Policía que fueron dos las personas las que entraron en la sucursal y posteriormente les encerraron en una cámara de seguridad. Otras fuentes apuntan que un tercer atracador podía estar fuera de la entidad en un vehículo. «Los trabajadores, tienen buen humor y buen aspecto», según confirmó el subdelegado del Gobierno. Añadió que fueron trasladados con sus familiares, algunso de los cuales han llegado a precisar asistencia psicológica Francisco Álvarez indicó que los atracadores lograron llevarse cierta cantidad de dinero, aunque anoche no había trascendido el importe al que asciende el botín , pese a que, al parecer, ya se había realizado un primer arqueo. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en León aseguraron que los empleados encerrados en la cámara seguridad, situada en el sótano del inmueble, no pudieron mantener contacto con las Fuerzas de Seguridad durante su cautiverio porque los atracadores les habían sustraído los teléfonos móviles y los dejaron incomunicados. Las Cuerpos de Seguridad del Estado intentaron comunicarse en vano durante más de cuatro horas con el interior de la sucursal y hasta el último momento se desconocía el número de atracadores que había dentro e incluso si había más rehenes, aparte de los cuatro trabajadores de la oficina. Ante la falta de comunicación con el interior, hacia las siete y diez de la tarde los geos procedieron a entrar a la oficina, sin saber lo que allí podía acontecer. Se trata de una oficina antigua cuyo sistema de vigilancia de vídeo funciona con señal analógica por lo que a los efectivos policiales les resulta imposible visionar la grabación de lo que allí aconteció en el momento del atraco. Aunque los trabajadores relataron que la entrada de los atracadores en la sucursal se produjo a las 14.00, fue a las 14.40 cuando saltó la alarma después de que los ocupantes de una furgoneta de Prosegur que fueron a la sucursal dieran la voz de alarma. Pasadas las seis de la tarde llegaron hasta el lugar de los hechos efectivos de la unidad de intervención policial, pero fueron los agentes especiales de los geos, llegados especialmente desde su cuartel general en Guadalajara, los que entraron en la oficina, encontraron a los trabajadores encerrados en la cámara de seguridad y comprobaron que los atracadores ya habían huido. El centro de León permaneció colapsado durante toda la tarde, ya que la oficina está situada en pleno corazón de la ciudad, en la avenida de Gran Vía de San Marcos, que permaneció acordonada en un tramo de unos trescientos metros. Hasta el lugar del suceso, además de los efectivos de la Policía, también fueron enviados dotaciones sanitarias, con varias ambulancias, en previsión de que se pudieran producir heridos. El familiar de uno de los retenidos, Jesús María López Uribe, puso de manifiesto a los periodistas el estado inicial de nervios en el que se encontraban los allegados de los empleados del banco, algunos de los cuales precisó de atención psicológica. Reconoció que si bien en un principio los familiares de los empleados retenidos estaban alarmados, poco a poco les fueron tranquilizando al contemplarse la posibilidad de que allí no hubiera atracador alguno.