Sanz dice que si hay cambios en el régimen foral será un éxito de ETA

Carlos Calvo PAMPLONA

ESPAÑA

VINCENT WEST

Miles de personas exigen en Pamplona que Navarra no sea «moneda de cambio» España «es un país que no está dispuesto a pasar por según qué cosas», afirma Rajoy

17 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

El Gobierno navarro y el Partido Popular lograron su objetivo. Miles de ciudadanos recorrieron ayer las calles de Pamplona para exigir al Gobierno que no utilice a Navarra como «moneda de cambio» en su intento de acabar con el terrorismo de ETA. La marcha transcurrió de manera pacífica, a pesar de que coincidía con una manifestación del sindicato LAB por la autodeterminación del País Vasco. No hubo altercados. Sólo un ambiente festivo entre un mar de banderas españolas y forales. El éxito de la convocatoria encendió los ánimos del presidente de la comunidad, Miguel Sanz, que exigió al Ejecutivo que interprete el encuentro como «un gran plebiscito ciudadano para dejar constancia de que Navarra es una realidad política innegociable». Todo salió según los planes del Gobierno foral. UPN había fletado ochenta y cinco autobuses para trasladar hasta la capital de Navarra a ciudadanos de todo el territorio, y el PP hizo lo propio con simpatizantes de Cantabria, Asturias, Aragón y el País Vasco. Juntos lograron que cerca de 100.000 personas -75.000, según la Delegación del Gobierno y 103.000, según la policía foral- recorrieran durante hora y media la distancia que separa la plaza de Europa del Monumento a los Fueros al grito de «Navarra es España», «Navarra no se vende» y «Zapatero dimisión». Mariano Rajoy dejó en esta ocasión que fuera Miguel Sanz quien ostentara todo el protagonismo. El presidente navarro y otros dieciséis altos cargos del Ejecutivo foral abrieron la marcha a las cinco de la tarde, tras una gran pancarta en la que podía leerse el lema de la manifestación Fuero y libertad. Navarra no es negociable , y la cerraron después sobre el escenario habilitado en el Paseo de Sarasate. El líder del PP, acompañado de Ángel Acebes; los portavoces parlamentarios, Eduardo Zaplana y Pío García Escudero; la presidenta del PP vasco, María San Gil, y la de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se situaron en segunda fila y escucharon junto al resto de los manifestantes las palabras de Sanz. En un tono mitinero, el jefe del Ejecutivo foral aseguró que Navarra es una «pieza clave» en el «proceso de negociación con ETA» y acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de ser poco claro con los ciudadanos navarros. El hecho de que el jefe del Ejecutivo haya asegurado que «Navarra será lo que quieran los navarros» no basta. Sanz agitó así el miedo a la desaparición de la «realidad política» vigente, y argumentó que el acuerdo con los soberanistas vascos equivaldría a ceder al chantaje. «Cualquier cambio en el régimen navarro sería un éxito para los terroristas», advirtió. «Nuestra comunidad es el objetivo histórico de ETA y del nacionalismo vasco». Eso hace que, a su juicio, haya que estar ojo avizor ante el lenguaje equívoco propio, dijo, de «los procesos negociadores». Tras el acto, Rajoy expresó su satisfacción en una breve comparecencia, e invitó al Gobierno a tomar «buena nota». «Estoy enormemente orgulloso de ver cómo hay gente que defiende principios, valores, convicciones, sentimientos y que defienden las cosas con el corazón. Es reconfortante y demuestra que éste es un país que no está dispuesto a pasar por según qué cosas», señaló.