El Gobierno frena el proceso de paz hasta que ETA renuncie al chantaje

M. Sáiz-Pardo / M. Suárez M. Iglesias MADRID

ESPAÑA

BENITO ORDÓÑEZ

Descarta reformar la Ley de Partidos y retrasa las conversaciones mientras siga la violencia El PP exige que la policía recupere la capacidad de acción y persiga a los terroristas

25 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

José Luis Rodríguez Zapatero no cambiará la hoja de ruta del proceso abierto para poner fin a la violencia de ETA pese a sus amenazas. El Gobierno aseguró ayer que ni la violencia callejera ni tampoco las recientes proclamas de tres etarras en un acto aberzale celebrado en Oyarzun (Guipúzcoa) harán que el Gabinete socialista modifique un ápice las condiciones que impone para la apertura del diálogo: no se reformará la Ley de Partidos, que debe ser asumida por Batasuna, ni tampoco habrá contactos mientras persista algún tipo de violencia o chantaje terrorista. Miembros del Ejecutivo reconocen su preocupación porque el proceso atraviesa un momento «complicado», debido en gran parte a la incertidumbre por lo que ocurre en el seno de ETA. Esta circunstancia está originando un retraso en el diálogo con la banda y también podría atrasar unos días la información que el ministro del Interior dará a los grupos parlamentarios sobre la marcha del alto el fuego. Al Gobierno le preocupan más acontecimientos recientes como el rebrote de la violencia callejera y las advertencias de bloqueo de Batasuna que las amenazas de los tres terroristas que el pasado sábado aseguraron que la banda seguirá «luchando firmemente, con las armas en la mano, hasta conseguir la independencia y el socialismo de Euskal Herria». Mandos de la lucha antiterrorista se mostraron tranquilos por ese último pronunciamiento etarra. Al margen de la sorpresa por «una puesta en escena hasta ahora desconocida y muy parecida a los modos del IRA», los responsables de Interior enmarcaron la intervención de los encapuchados en una repetida «táctica de ETA para aumentar gradualmente la presión al Gobierno» y para «recordar a su militancia y simpatizantes que sigue viva». Requisitos para la paz El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró que la ausencia de atentados mortales en estos tres años y medio y la declaración del alto el fuego permanente, vigente desde hace seis meses, son razones para la esperanza, pero advirtió de que hay unos requisitos imprescindibles para la paz: «La ausencia de violencia y el cumplimiento de las leyes». El máximo responsable de la lucha antiterrorista aprovechó un acto de Instituciones Penitenciarias para recordar que el Gobierno defenderá esas reglas «firmemente», y aseguró tajante que el diálogo no es compatible con el chantaje ni la democracia con la violencia. El Partido Popular, por su parte, pidió al presidente Zapatero que demuestre la «firmeza» que prometió el pasado domingo con ETA y suspenda todo diálogo o contacto político con la banda terrorista. Para el primer partido de la oposición, los tres encapuchados pusieron de manifiesto que el Estado de derecho ha bajado la guardia frente a los terroristas, y vinieron a confirmar que el alto el fuego proclamado por ETA nunca fue real sino una estrategia más para lograr sus objetivos políticos. El PP planteó cinco condiciones que el Ejecutivo deberá cumplir: anunciar que no habrá «más negociación, compromisos o encuentros» con ETA; proclamar que Batasuna no se va a legalizar mientras la banda no se disuelva y que tampoco habrá mesa de partidos; acabar con la «opacidad y condescendencia» para reconocer abiertamente que la violencia callejera es terrorismo; y ordenar a la Fiscalía y a la policía que recuperen la capacidad de acción y puedan así «perseguir y evitar los actos de ETA-Batasuna».