Maragall disuelve el Parlament y admite que su relación con Montilla es fría

Paco Soto BARCELONA

ESPAÑA

07 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Pasqual Maragall admitió ayer que su relación con José Montilla, su sucesor como candidato a la presidencia de la Generalitat, es «fría» y lo hizo el mismo día en que firmó el decreto de disolución del Parlamento con el que se inicia la campaña electoral que culminará el 1 de noviembre. La firma del decreto, que entrará en vigor hoy, cuando lo publique el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña, marcó también el comienzo de la despedida de Maragall, quien aseguró que no se presenta a la reelección por voluntad propia, porque, «si hubiera tenido ganas de continuar, habría sido muy difícil» que el PSC se lo negara. Maragall reconoció que la relación con Montilla no es buena y explicó que ambos mantienen un trato «un poco frío» porque poseen «caracteres muy diferentes» y hay puntos en los que no han estado de acuerdo. Destacó que una de las diferencias que lo separan de Montilla es la lectura del nuevo Estatuto, ya que algunos pueden pensar que se pasan «de la raya». Las «diferencias», precisó, son sobre «la España plural y la Cataluña autónoma», que es «un nido de contradicciones», si bien recalcó que en el PSC las ideas «no son totalitarias» y no tratan «de crear un ordeno y mando de este estilo, sino una fuerza política plural en la que hay matices y diferencias». Maragall declaró haberse sentido «en alguna medida» decepcionado por ciertos «momentos y ciertas personas», entre ellas los dirigentes de ERC, partido que, recordó, entró en el Gobierno de la Generalitat «en tromba, con gran ilusión y con una gran ingenuidad».