El no de ERC abre una nueva brecha en el Gobierno catalán

P. Soto / P. de Las Heras BARCELONA / MADRID

ESPAÑA

J. J. GUILLÉN

La dirección republicana oficializó la postura impuesta por las bases Mas ofrece a Maragall un pacto para que se convoquen elecciones tras el referéndum

05 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

CAROD NO SE HIZO LA FOTO. Los diputados de Esquerra no acudieron al Senado el día en que la comisión mixta aprobó el texto definitivo. Los republicanos viajaron a Barcelona para oficializar su voto en contra. La Ejecutiva de Esquerra Republicana de Catalunya acató ayer la decisión de sus bases: pedirá el «no» a la reforma del Estatuto en el plebiscito previsto para el próximo 18 de junio. La rectificación de los dirigentes del partido -que hace tan sólo una semana aprobaron una resolución en la que propugnaban el voto nulo- sitúa al Gobierno de la Generalitat ante un escenario complicado. El presidente de Convergència i Unió, Artur Mas, apenas esperó unos minutos para reclamar a Pasqual Maragall que «recomponga» de inmediato su gabinete y rompa con la formación independentista. «Que no haga hacer de nuevo el ridículo a Cataluña acudiendo al referéndum con un Gobierno desunido», exigió. Todo está en manos del propio jefe del Ejecutivo autonómico. La exigencia del líder de la oposición catalana vino acompañada de una oferta. Su federación garantizará la gobernación de la comunidad hasta que los ciudadanos se pronuncien sobre la reforma. A partir de ahí, Maragall se vería obligado a convocar elecciones. La respuesta tendrá que esperar. El portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, recordó que aún hay que oír al Consell Nacional de ERC. El máximo órgano del partido entre congresos votará y previsiblemente ratificará la resolución de la Ejecutiva . Pero Iceta optó por la cautela. «Hemos valorado ya tantas posiciones diferentes de los republicanos que no queremos añadir más confusión a una situación muy delicada para la propia dirección del partido», apuntó. En cualquier caso, dio una clave: «Los socialistas -dijo- no tomamos las decisiones en caliente». Fuentes de ERC aseguran, además, que desde la Presidencia se les ha garantizado ya que el tripartito seguirá incólume como poco hasta el referéndum. El portavoz del partido, Joan Ridao, recordó que Maragall remodeló hace apenas unas semanas su gabinete y no tendría sentido hacerlo saltar ahora por los aires. Desde el Gobierno se admite que el «no» de ERC crea una situación «difícil» para el tripartito y son varios los dirigentes socialistas que coinciden con el principal partido de la oposición en que esta «incoherencia» es insostenible. Con todo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, eludió opinar sobre cuál debe ser la decisión de Maragall y se limitó a lamentar la resolución de los independentistas. «Lo siento, porque el Estatuto de Cataluña es un buen estatuto y es una pena que quien ha participado tan activamente en él no se sume a su respaldo; pero son decisiones soberanas y hay que respetarlas», dijo.