Grupos católicos se enfrentan en Pozuelo a la caravana «superlaica» organizada por el cómico Leo Bassi

La Voz EFE | MADRID

ESPAÑA

12 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

El cómico Leo Bassi, acompañado de unas 150 personas, «exploró» ayer en tres autobuses el municipio de Pozuelo de Alarcón para «alertar de la amenaza que sufre el laicismo desde los grupos católicos». El autor teatral, que se define a sí mismo como payaso, fue seguido en una parte de su recorrido por una veintena de jóvenes pertenecientes al partido político Alternativa Española, de reciente creación y orientación católica. El Bassibus viajaban entre otros el director de cine Alejandro Amenábar, que fue invitado por Bassi a este recorrido tras asistir a su espectáculo La rebelación la semana pasada. La primera parada del Bassibus fue en las obras de construcción del colegio concertado Monte Tabor en Pozuelo de Alarcón donde una decena de padres y madres, miembros de la Plataforma en defensa de la escuela pública de Pozuelo, manifestaron su rechazo a que se conceda el concierto a este centro que preconiza la segregación de sexos en las aulas. Junto a la casa de Aznar Tras reanudar el «viaje superlaico», el cómico italiano dio a conocer a los viajeros que un grupo de cuatro jóvenes de Alternativa Española seguían en un vehículo al Bassibus que realizó una nueva parada en un centro católico de ejercicios espirituales llamado «Casa Cristo Rey», situada a unos 500 metros de la urbanización Montealina donde reside el presidente honorífico del PP, José María Aznar. Hasta este lugar acudieron en vehículo una veintena de jóvenes que con bocinas abuchearon a los asistentes, sin que se produjeran más incidentes. Entre los manifestantes opuestos a Bassi se encontraba el responsable de área de Alternativa Española, Diego Garijo, que justificó la presencia de este grupo «en defensa del catolicismo». «No venimos a agredir a nadie pero tampoco entendemos porqué tenemos que esta callados», dijo Garijo quien negó en nombre de Alternativa Española ser los responsables de la colocación del artefacto en el teatro Alfil el pasado 1 de marzo poco antes de que comenzara la representación de La Rebelación, si bien dudó del propio Leo Bassi. Garijo aseguró que «a quien sí se debería interrogar sobre esta bomba casera» es al propio Bassi.