Cerca de 12.000 inmigrantes residen en «camas calientes» en España

La Voz EFE | MADRID

ESPAÑA

KIKO HUESCA

Los extranjeros alquilan, sólo para dormir, una habitación que luego es ocupada por otros Una quinta parte viven hacinados en un espacio de menos de diez metros cuadrados

16 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?a premiada película Princesas , de Fernando León de Aranoa, exhibía una realidad por la que pasan hasta doce mil inmigrantes en España. Zulema, la prostituta de Santo Domingo que interpreta Micaela Nevárez, debía abandonar su habitación a una hora determinada para que otra familia de inmigrantes ocupase su lugar entre las sábanas. Son las llamadas camas calientes . Lechos de alquiler por tiempo limitado de los que el extranjero es dueño sólo por unas horas, las suficientes para dormir. Esta situación aparece recogida en el estudio Inmigración y vivienda en España , presentado ayer por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y por los autores de este trabajo de investigación, el primero a nivel nacional sobre la vivienda en relación a la inmigración. Uno de los responsables del análisis, Carlos Pereda, del Colectivo IOE, calificó el fenómeno de las camas calientes como una realidad «muy pequeña y marginal», ya que sólo afecta al 0,4% de los inmigrantes. Sin embargo, tras este porcentaje se esconden 12.000 personas que viven en España. Entre la montaña de datos recabados en su estudio, Pereda subrayó que el hecho más sustantivo reside en que casi la mitad de los «inmigrantes periféricos» (América Latina, África y Asia), que son el 78% de los extranjeros empadronados (2,8 millones), sólo se pueden permitir alquilar una o varias habitaciones de una misma vivienda. En conjunto, añadió, los inmuebles subarrendados alojan a una media de tres hogares y son los que tienen más personas por domicilio, pero, al mismo tiempo, son los que menos personas tienen por hogar. La población inmigrante habita casas de tamaño mucho más pequeño que la española, lo que da lugar a que las situaciones de hacinamiento (menos de diez metros cuadrados por persona) sean más frecuentes entre los extranjeros, «casi ocho veces mayor», indicó Pereda, que el índice registrado entre la población autóctona, estimado en algo más de un 2,5%. De acuerdo con el estudio, disponen de menos de una habitación el 61% de los inmigrantes, porcentaje que se queda en el 36 en el caso de los españoles. Más de 200 euros De promedio, un inmigrante gasta algo más de 200 euros en un subarriendo, y casi 500 si alquila un piso independiente o paga una letra para adquirirlo. Una de las proporciones más reducidas de las recogidas en el trabajo es la que representan el 1,7% de los inmigrantes, alrededor de 50.000, que viven gratis porque los aloja un familiar, amigo o conocido, una cifra que alcanza el 36% en los primeros momentos de su llegada a España. Durante su intervención, la secretaria de Estado de Inmigración subrayó que la población inmigrante representa una parte muy importante de la demanda de vivienda, y recordó que el sector de la construcción supuso el 18% del PIB en el año 2004. Añadió que el 65% de las personas que llegan a España, según los datos del estudio editado por su departamento, halla vivienda gracias a las relaciones de parentesco, amistad y paisanaje. Pese al cuadro negativo de la inmigración que, en relación a la vivienda, se refleja en el informe, el sociólogo Carlos Pereda matizó que «hay que tener en cuenta que el extranjero, a medida que transcurre su tiempo de residencia en España, mejora mucho su nivel de ingresos y condiciones laborales, obtiene los papeles, reagrupa a la familia y afianza sus redes sociales».