Miles de madrileños honraron a sus difuntos en los cementerios

Paloma Abejón LA VOZ | MADRID

ESPAÑA

Hubo los clásicos atascos a la entrada de las necrópolis pese al servicio especial de autobuses El camposanto de La Almudena no sólo es el más grande de España sino también de Europa

01 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

Miles de madrileños acudieron ayer, desde primeras horas de la mañana, a los veintidós cementerios de Madrid para cumplir la tradición y honrar a sus seres queridos fallecidos. El cielo amaneció encapotado y así continuó hasta mediodía, pero el hecho de que no lloviera hizo que fueran muchos los que se acercaran a los camposantos. Como ya es tradición, las entradas a los cementerios se llenaron de puestos de ventas de flores. Aunque no hay cifras oficiales, lo habitual otros años es que las ventas del Día de Todos los Santos supongan aproximadamente el 12% del total del año, una cifra nada despreciable para el sector. Cientos de conductores que trataban de aparcar en las proximidades o en el interior de los cementerios protagonizaron, como cada año, monumentales atascos. Los madrileños no madrugaron. Hasta las 11.30 el cementerio de La Almudena permanecía más o menos tranquilo. Uno de los camposantos que más visitas recibió fue el de Carabanchel-Sur. El director de Servicios Funerarios municipales, Gabino Abánades, explicaba esta peregrinación hacia este cementerio señalando que es en él donde se hacen los enterramientos más recientes. Todas las tumbas, hasta las de personas anónimas, aparecían ayer más cubiertas de flores de lo habitual, especialmente de claveles y crisantemos, que son las variedades tradicionales de esta festividad. Hasta el cementerio de La Almudena, el de mayor superficie de España y de Europa, con un total de 120 hectáreas, se acercaron durante toda la mañana familiares de los difuntos para limpiar y adornar sus tumbas, la mayoría -según explicó Abánades- «con ramos de flores ya traídos de casa». Por esta necrópolis, inaugurada el 13 de septiembre de 1884, han pasado los restos de más de seis millones de personas, algunas de ellas personalidades de la política, como el ex alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, cuya tumba aparecía ayer cubierta de claveles rojos, y artistas como Lola Flores, cuyo panteón también era adornado con flores por admiradores. En este cementerio, de similar superficie a la ciudad de Segovia, también descansan, entre otros, los restos del que fuera presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil y Gil, del poeta Vicente Aleixandre, el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, y de Juan de la Cierva, inventor del autogiro. Para hacer frente a la masiva afluencia de personas a los cementerios madrileños, el Ayuntamiento de Madrid reforzó los servicios de limpieza y Policía Municipal, así como las líneas de autobús de la empresa municipal de Transportes (EMT) que se dirigen a la distintas necrópolis.