Los partidos catalanes se dan una tregua en la Diada del Estatuto

P. Soto BARCELONA

ESPAÑA

JULIÁN MARTÍN

Maragall hace un llamamiento al «patriotismo» en unos actos a los que no acudió Jordi Pujol CiU pide unidad, pero ve difícil dar su apoyo al texto si no incluye su propuesta de financiación

11 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Los partidos catalanes se olvidaron por una vez de las divergencias políticas y se concedieron una tregua con motivo de la Diada. En este contexto apaciguado, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el conjunto de las fuerzas políticas catalanas, con la excepción del PPC, coincidieron en proclamar la celebración de la fiesta del 11 de septiembre de este año como «la Diada del Estatuto». Maragall, que hizo un llamamiento al «patriotismo» de todos los partidos y ciudadanos de Cataluña para sacar delante la reforma estatutaria, aprovechó la jornada para destacar que la celebración «dignifica y expresa la voluntad de un pueblo». Tras el tradicional brindis en la recepción celebrada en el Parlamento de Cataluña, el p resident aseguró que este 11 de septiembre «quedará marcado para siempre por el Estatuto», y dio por hecho que «en poco tiempo se conseguirá el Estatuto que Cataluña merece». La Diada, agregó Maragall, es «una conmemoración visual y emocional de los catalanes que va más allá de las discrepancias normales en un país democrático y plural». Pese a esta voluntad unitaria, Maragall se refirió a la polémica surgida por la ausencia del ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de los actos institucionales, en señal de protesta por la publicación de un folleto de la consejería de Interior en el que se critica duramente la organización de la Diada durante los gobiernos de CiU. El president declaró que «si se elaborara la historia del 11 de septiembre, todo el mundo se llevaría una sorpresa». El presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, pidió «generosidad y consenso» a las formaciones políticas. La representación del PSC estuvo encabezada por el ministro de Industria, José Montilla, quien invitó a «hacer una reflexión a las puertas de conseguir un nuevo Estatuto, como quiere la mayoría de los catalanes, para tener una mejor financiación y más autogobierno». Desde las filas de CiU, su presidente, Artur Mas, hizo un llamamiento al Gobierno catalán para que «nadie falle a la hora de hacer un Estatuto que sea ambicioso». Mas se manifestó a favor de la unidad, pero recalcó que «es difícil dar apoyo» al actual borrador de Estatuto si los demás partidos no aceptan la propuesta de financiación de los nacionalistas, basada en el modelo del concierto económico vasco. El número dos de CiU y líder de UDC, Josep Antoni Duran i Lleida, anunció que la federación nacionalista «va hacer el último esfuerzo de aproximación a los socialistas presentando una nueva propuesta de financiación que se acerque a la del tripartito», pero se mostró poco esperanzado, porque «será difícil que el PSC la asuma, ya que el PSOE se lo impide». El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, pidió a los «aparatos» del PSC y de CiU que «se callen» y «dejen la negociación del nuevo Estatuto en manos de los líderes». «Racismo» anticatalán Carod-Rovira, y el secretario general de la formación republicana, Joan Puigcercós, aseguraron que la postura del PP frente a la OPA de Gas Natural sobre Endesa revela una actitud de «racismo» de este partido contra los catalanes.