Narbona admite que Murcia usa aguas fecales para el regadío

La Voz EFE | MADRID

ESPAÑA

JESÚS CARVAJAL

La ministra de Medio Ambiente ha recibido quejas por productos exportados de la región Castilla-La Mancha celebrará un pleno extraordinario de las Cortes por el trasvase

02 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

EL TAJO, BAJO MÍNIMOS. Desde Castilla-La Mancha defienden que el Tajo no lleva suficiente agua como para un trasvase. Su caudal en Toledo (en la imagen) es de 11 metros cúbicos, frente a los 79 del 2004 Las quejas de Castilla-La Mancha y Murcia por el trasvase de 82 hectómetros cúbicos de agua del Tajo al Segura continuaron ayer y se extendieron a otras autonomías, un día después de aprobar esta medida el Consejo de Ministros, mientras el Gobierno insistió en que actuó con «prudencia y tratando de ser lo más justos posible». Así, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, apeló a la responsabilidad del PP y del PSOE para «no generar engaños ni demagogias». Narbona reconoció, en declaraciones a la Cadena Ser, que «ha habido quejas contra productos de la huerta murciana vendidos fuera de España y que han generado algún problema de salud», ya que cuando «los regadíos no consiguen agua potable utilizan otro tipo de aguas». De este modo contestaba al ser preguntada sobre informaciones periodísticas que señalan que en el Consejo de Ministros que debatió el tema, Narbona alegó que los regantes de Murcia usarían aguas fecales si no llegaba la del Tajo. Narbona subrayó que «ese es un problema real que debería preocuparles también a los castellanomanchegos porque en toda España tomamos hortalizas de los magníficos cultivos de Murcia». Difíciles de contentar Por su parte, la titular de Agricultura, Elena Espinosa, dijo que «hemos tratado de ser lo más justos» y agregó que «siempre es difícil contentar a dos Comunidades Autónomas o dos zonas concretas de España en una situación difícil como es esta, con la época de sequía por la que estamos atravesando». La ministra reconoció que, aunque «no hay un disgusto exagerado, tampoco hay plena satisfacción y muchas veces estas medidas parecen que son las acertadas». Desde Castilla-La Mancha, el presidente regional, José María Barreda, solicitó la celebración de un pleno extraordinario en las Cortes regionales para estudiar la situación creada en la Comunidad. El portavoz del grupo popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, Lucrecio Serrano, pidió celebrar el pleno extraordinario con «la mayor urgencia posible» después de señalar que «el Gobierno regional ha dejado que nos tomen el pelo a los castellano-manchegos». Por su parte, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, dijo que «esta medida es la más insolidaria, desafortunada, y sectaria que se ha adoptado nunca contra la Región» y tildó de «lamentable» que «en democracia gane la manipulación a la lealtad institucional». También la Comunidad Valenciana se sumó a las quejas y su conseller de Agricultura, Juan Cotino, acusó al Gobierno de ser «cicatero». «Ha dado agua, pero la mitad de la que nosotros pedíamos, la mitad de la que necesitamos», afirmó.