¿QUÉ CUENTAN?|Charo Morales, dueña de Casa Paco «Asomada a la puerta, vi que venía Robert Taylor y grité: ¡papaá!»

La Voz

ESPAÑA

02 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Su padre, el pequeño-gran hombre Paco, bajito pero marchoso y precursor de Lucio como imán de famosos ya en las décadas cincuenta-sesenta, había emigrado desde Guadalajara a Madrid, mucho antes, para ganarse la vida. Tenía solo 8 ó 9 años, y se vino andando. En el 31 abrió su primera Casa Paco, una tabernilla, a la vuelta, donde ahora está Revuelta. En el 33 se trasladó ya a Puerta Cerrada. En el 36, la República le llamó a filas, y, terminada la contienda, comenzó a rehacer su maltrecha vida hostelera. En el 48, pudo añadir algo sólido a los esmirriados valdepeñas y cervezas de la época, y fue un éxito casi inmediato... Desaparecido hace seis años el fundador, ostentan ahora la propiedad y gerencia sus hijos Charo y Paco, vinculados al hoy restaurante desde siempre. - ¿Y del 48 al 05, Charo? - Los pepitos de ternera, riquísimos, tuvieron éxito enseguida. No abundaban los clientes con posibles, pero tuvimos la suerte de que nos apadrinaran los socios del Casino de Madrid y la Gran Peña, a los que nunca estaremos lo bastante agradecidos. Después siguió sonriéndonos la suerte cuando Samuel Bronston se trajo sus estudios cinematográficos a Madrid en los años 50 y 60, naturalmente del siglo pasado. Me enteré de lo que se nos venía encima de sopetón el día en que, asomada a la puerta del restaurante, vi que venía andando hacia mi por la acera de Puerta Cerrada, como si tal cosa, Robert Taylor. Yo, que le había adorado tanto en la pantalla, me asusté, y sólo supe gritar, ¡papá, que viene Robert Taylor! Y ya ves, y sabes desde siempre, que las paredes de Casa Paco (pza. Puerta Cerrada, 11, tno. 913 663 166) están repletas de fotos de famosos de Hollywood, y naturalmente de España, posando con mi padre. Ahora no hay ese flujo constante de la era Bronston, pero Omar Sharif nos honra aún con su presencia cada vez que viene a España, también Tom Cruise, que es muy aficionado al barrio, y Amenabar, y Bardem, y la gran Amparo Rivelles, y Lina Morgan; y, ya que escribes para La Voz, también el alcalde coruñés, paisano de mi marido y buen amigo nuestro. - ¿Tiene futuro Casa Paco? -Por nosotros, sí. Mis sobrinos ya están en el tajo, nuestros proveedores de siempre, incluidos los carniceros de Porriño, sobreviven en sus hijos y nietos y los emblemáticos entrecots que cortaba mi padre pasaron de sus manos a las de mi hermano y ahora a mi sobrino. Lo que me preocupa es la falta de personal, ya que los camareros de siempre se nos jubilan y no hay quien los reemplace, el fontanero y el carbonero también se jubilan este año, el señor que nos revisa y recompone las cocinas de carbón es septuagenario. Esa es la única amenaza de futuro.