¿QUÉ CUENTAN?|Margarita Yé, directora del Dong Feng «Celebramos el año nuevo chino en rojo: trae suerte y riqueza»

La Voz

ESPAÑA

17 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

El restaurante Dong Feng (Ctra. De El Plantío-Majadahonda, Madrid, tno. 916 387 220) se alza como una pagodita en una de las zonas tradicionales y recoletas del veraneo doméstico madrileño. Chalés y arboledas, y en el interior tesoros de Oriente: preciosos muebles tallados, un Buda votivo, barcos de jade, guerreros Xiam... Pero el mejor tesoro, la guinda de este imperio familiar es sin duda Margarita Yé, alma mater del establecimiento. Su nombre chino quiere decir Pequeña Golondrina Hojas de Árbol, y le va que ni pintado porque ella cuando habla (en excelente español), gorjea. Esta vez fui al Dong Feng para sumarme a las celebraciones del año nuevo chino. - Cuando yo nací ya había una tradición inmigrante en la familia y mi abuelo tenía un restaurante, el China Town, en Holanda, con más parientes en Bélgica. Mis padres no se adaptaron a Centroeuropa, seguimos a Portugal y estuvimos a punto de asentarnos allí. Nos ofrecían el traspaso de un restaurante, pero pedían medio millón de escudos, y a mi padre le pareció carísimo... Nos vinimos a España, concretamente a Madrid, y aquí todo marchó sobre ruedas. En ningún otro lugar habíamos encontrado tantas facilidades para conseguir los papeles, como tú dices, de modo que adoptamos la nacionalidad española y el 8 de junio del 82 abrimos nuestro primer Dong Feng en la calle Ibiza. En el 84, en Comandante Zorita, en el 93 la tienda de Raimundo Fernández Villaverde y en 2000, éste... - Bueno, pues cuéntame éste. Por cierto, he visto al entrar la foto y dedicatoria de los príncipes de Asturias, a quienes me encuentro por todas partes, no sé lo que nos pasa. -(Ríe) Además muchas cosas, todas buenas. Buenos clientes, como ves, buenos amigos, buena comida (ríe alborozada) china, japonesa, vietnamita y tailandesa... y la celebración, que termina hoy, del Año Nuevo Chino, el del Gallo, que numéricamente hace el 5000. Nuestros sabios no nos dicen nunca la fecha exacta, debe ser que no la saben. Hemos decorado todo de rojo porque da alegría, tenemos en el menú degustación pescado, porque proporciona abundancia, sorbete de mandarina, porque da muchísima suerte. Hemos celebrado la danza de los leones para conjurar a los malos espíritus, por si acaso, de modo que seremos felices en el Año del Gallo, digo yo.