Independentistas abuchean a Maragall en los actos de la Diada

Sergi Olego BARCELONA

ESPAÑA

ALBERT OLIVE

El presidente de la Generalitat fue increpado con gritos de «botifler (traidor) y español» Ayuntamientos como Tarragona, Lérida o Gerona se negaron a izar la bandera española

11 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Grupos indepedentistas catalanes empañaron la celebración de la Diada en Cataluña con abucheos a los representantes de casi todas las formaciones políticas y que recrudecieron cuando el presidente de la Generalitat acudió a depositar la ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova. En torno a un centenar de personas saludó con pitos y gritos de «botifler (traidor) y español» a Pasqual Maragall. Ni siquiera la presencia de los consejeros de ERC impidió que los independentistas la tomaran contra el Gobierno de la Generalitat. La bronca arreció cuando militantes y simpatizantes del PSC respondieron con gritos de «visca Cataluña socialista» que fueron contestados con «recuerdos a Rodríguez Ibarra» del sector independentista. El alboroto se prolongó mientras se entonó el himno de Els Segadors. Los insultados restaron importancia a los hechos y hasta el conseller en cap, el republicano Josep Bargalló, hizo bromas sobre su «amplia experiencia» en soportar abucheos. La bronca se concentró este año en los partidos que forman el Gobierno autónomo en ausencia de la representación del PP, que no fue a la ofrenda tras los incidentes del año pasado. Maragall quiso suprimir el desfile de los representantes políticos ante el monumento a Rafael Casanova -el conseller en cap que dirigió en 1714 la defensa de Barcelona frente las tropas del rey Felipe V- pero el resto de formaciones obligó a mantener el acto. El otro plato fuerte de la jornada, el nuevo acto institucional en el parque de la Ciutadella, fue valorado de forma positiva por todos los partidos. Durante poco más de media hora, Maragall, junto al presidente del Parlamento, Ernest Benach, presidió un acto al que asistieron unas 15.000 personas. El compositor Rafael Subirachs fue el encargado de iniciar la celebración con la interpretación a la guitarra del romance popular del siglo XVIII «Cataluña, Comtat gran» (Cataluña, Condado Grande). Tras la entrega a Maragall y Benach de la «senyera» y de un texto con versos del poeta catalán Miquel Martí i Pol, se sucedieron varias actuaciones musicales de, entre otros, Lluís Llach o Joan Manuel Serrat. Las banderas Los líderes de las diferentes formaciones se mostraron conformes con el nuevo acto. El jefe de la oposición, Artur Mas (CIU), catalogó la celebración de «bonita y correcta», pero «complementaria», ya que «el acto importante y simbólico es la ofrenda a Rafael Casanova». A pesar de los abucheos, Maragall se mostró también satisfecho. «Hemos tenido una Diada en positivo, que demuestra que este país, además de tener cosas por las que reivindicarse, tiene también una historia, un arte y una expresión propia». El otro hecho polémico de la jornada fue la retirada de la bandera española por centenares de municipios catalanes que sólo ondearon en las fachadas de los ayuntamientos la enseña catalana, como fue el caso de Tarragona, Lérida y Gerona Barcelona fue la única capital de provincia que mantuvo izadas en la fachada del consistorio la bandera española, la «senyera», y la municipal. La Asociación Catalana de Municipios (ACM) habían recomendado a los ayuntamientos que sólo colgasen la «senyera». Un aviso que podría incumplir una ley que obliga a los consistorios y otros edificios públicos a colocar la bandera española en presencia de cualquier otra enseña autonómica o local. Para evitar infringir la ley, algunos ayuntamientos colocaron sólo la enseña catalana en los balcones, no en un mástil como señala la ley.