Egibar podría presidir el PNV aunque obtuviera sólo un 20% de los votos

Joseba García BILBAO

ESPAÑA

El heterogéneo reparto de la militancia podría beneficiar al delfín de Arzalluz en su sucesión Los 30.000 afiliados del partido elegirán hoy al nuevo presidente del Euskadi Buru Batzar

17 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El enfrentamiento entre las familias del PNV ha hecho imposible el consenso en torno a un único líder y, por primera vez, las luchas internas han salido a la calle. Por ello, la comisión encargada de velar por la limpieza del proceso electoral que hoy escogerá al sucesor de Xabier Arzalluz decidió modificar el sistema de elección habitual y fijó una única fecha para la votación en las 211 organizaciones municipales en las que se reparten los 29.825 afiliados. La presidencia del Euskadi Buru Batzar -órgano ejecutivo del partido- cuenta con dos aspirantes: Egibar es el hombre del aparato, apoyado por Arzalluz, y la dirección de Álava; Imaz, la voz del Gobierno, está avalado por las ejecutivas de Vizcaya y Guipúzcoa. Y el proceso se presenta complicado. Si la primera vuelta permitió dejarla en dos la lista de aspirantes, la segunda deberá aupar al nuevo presidente. Para ello, las juntas municipales elegirán sus delegados a las asambleas regionales y optarán por uno de los candidatos a través de un sistema mayoritario por el que el que se imponga se llevará el 100 de los votos. En función del número de afiliados, las juntas designarán entre uno y cuatro miembros que acudirán a la Asamblea Regional, en la que votarán al candidato elegido. Cada asamblea regional deberá optar, a su vez, entre Egibar o Imaz, y el ganador se hará con todos los compromisarios de este territorio, obligados a votarle en la Asamblea General que el PNV celebrará entre los días 17 y 18 de enero en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Vizcaya, el 80% El reparto de los delegados entre las diferentes regionales puede dar lugar a un resultado de difícil comprensión. Así, Vizcaya cuenta con 24.000 de los 30.000 afiliados nacionalistas (el 80 por ciento del total) y tan sólo 24 delegados. Guipúzcoa, con 3.800 afiliados, disfruta de 14 representantes. Álava, con 1.800 militantes, tiene 13 delegados. Navarra disfruta de 12 representantes a pesar de sólo aportar 165 afiliados. El País Vasco francés, con 60 afiliados, tiene derecho a cuatro miembros de la Asamblea Regional, lo mismo que las juntas extraterritoriales ubicadas en Sudamérica y Madrid. Si se repitiera el resultado de la primera vuelta, Josu Jon Imaz, ganador en Vizcaya y con el respaldo mayoritario de la militancia, tendría que ceder sin embargo ante Joseba Egibar, quien, tras imponerse en Guipúzcoa, Álava y Navarra, sumaría 39 votos, frente a los 24 de su oponente. Con el apoyo de sólo el 20 por ciento de la afiliación, Egibar sería presidente del PNV. Así pues, Imaz necesita repetir su triunfo en Vizcaya e imponerse, bien en Guipúzcoa, bien en Álava o bien en Navarra, para llegar a los 36 apoyos precisos. A Egibar le bastaría con mantener los resultados de la primera vuelta. En este contexto, la clave radica en el sentido del voto de quienes en primera instancia apoyaron la candidatura de Xabier Arzalluz y que, tras su retirada, deberán ahora optar por la continuidad que supone Egibar o por la novedad de Josu Jon Imaz.