Sabino Arana, un muerto muy «vivo»

Joseba García BILBAO

ESPAÑA

RAFA RIVAS

Aniversario | Cien años del fallecimiento del fundador del PNV Pese a llevar un siglo enterrado, el padre de los nacionalistas sigue alimentando la polémica. El PP lo tilda de racista y el PNV le va a levantar un monumento

25 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La dirección del PNV recordó ayer el centenario del fallecimiento de su fundador, Sabino Arana, con una ofrenda floral en el cementerio de Pedernales (Vizcaya). Xabier Arzalluz ensalzó la figura de Arana porque «dedicó toda su vida a su pueblo y a su tierra, lo dio todo y eso es el ejemplo mayor que un hombre puede dar». Arzalluz reconoció que «fue muy querido por quienes creyeron no en él, sino en lo que proclamaba, y fue también muy odiado hasta hoy». El portavoz del PP en Bilbao, Antonio Basagoiti, reclamó la retirada del nombre del fundador del PNV del callejero de la ciudad -su homólogo en Barcelona, Alberto Fernádez Díaz, hizo lo propio- y descalificó por «desafortunada y ominosa» la intención de la formación nacionalista de erigir el próximo domingo un monumento en su honor. Para Basagoiti, Arana representa el «racismo, la xenofobia y el integrismo» que, recordó, «siguen estando presentes en la política nacionalista, existe un totalitarismo nacionalista que sigue odiando a los demás y sigue impidiendo la convivencia y es imprescindible censurarlo y criticarlo aunque sea cien años después». Basagoiti, leyó un Manifiesto contra la legitimación de Sabino Arana, al que se sumaron representantes del Foro Ermua, Basta Ya y militantes socialistas como Gotzone Mora y Nicolás Gutiérrez, que recitaron algunas de las proclamas de Arana «para que los bilbaínos conozcan su intolerancia». Así que las perlas sabinianas -«el vizcaíno es de andar apuesto y varonil; el español o no sabe andar, o si es apuesto, es tipo femenino», «es preciso aislarnos de los maquetos» o «nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio (...) y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por la influencia de los venidos de fuera»-, lejos de quedar enterradas para siempre, volvieron a resonar públicamente por obra y gracia del Partido Popular.