Los nacionalistas no están dispuestos a cumplir de inmediato la orden del Supremo IU se niega a compartir el grupo mixto con los siete parlamentarios aberzales
22 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.La orden del Tribunal Supremo de disolver Socialista Abertzaleak (SA), grupo parlamentario formado por los diputados de Batasuna, puso a la Cámara vasca contra las cuerdas. Así lo admitió ayer su titular, Juan María Atutxa, que mostró su «perplejidad» ante la resolución del TS. El veterano político mantiene su apuesta «a ultranza» a favor del fuero parlamentario y cree que un tribunal no puede obligar a un foro representativo a organizarse ordenando, incluso, las votaciones. En tal circunstancia, Atutxa advirtió de que está dispuesto a defender «hasta el final la dignidad, el derecho y la razón que creo nos asiste». Así abogó por suscribir su «dimisión antes de hacer dejación de su obligación en la defensa de la legitimidad y dignidad» de la Cámara. El dirigente peneuvista sostuvo que, una vez más, se ha invadido «un área que corresponde a este legislativo». A pesar de todo, reconoció: «No sabemos hacia dónde tirar, porque cualquier decisión puede ser considerada un incumplimiento». La postura que adoptará la presidencia del Parlamento no se conocerá hasta el próximo martes, en que se reúne la mesa. Lo que sí es seguro es que tanto Atutxa como la mayoría nacionalista proclamarán «la independencia de la cámara», aunque, matizó, «seremos respetuosos en la lectura, en el análisis de todo documento». Para aplicar la resolución judicial sería necesaria la modificación del reglamento del Parlamento Vasco, y es ahí donde PNV, EA e IU denuncian la invasión de competencias. Populares y socialistas apoyará el cambio, pero no así los tres grupos parte del gobierno. El presidente peneuvista, Xabier Arzalluz, afirmó que el auto es «inaceptable» y avanzó que se opondrá a su ejecución. Arzalluz dijo que la orden es un «abuso de poder» que ataca la «inviolabilidad» del Parlamento. Po ello, aseguró que el PNV defenderá la capacidad organizativa de la Cámara vasca «con todas las consecuencias». Por su parte, IU no quiere «pagar los platos rotos de la ilegalización». Su coordinador, Gaspar Llamazares, anunció ayer que ya llegó a un acuerdo con su filial vasca (Ezker Batua, integrada en el tripartito que sostiene el Ejecutivo de Vitoria) para cumplir y ejecutar la sentencia del TS, pero pidió una reforma del reglamento para que los parlamentarios aberzales no pasen al grupo mixto y «contaminen» a los dos diputados de IU-EB. «No tenemos nada que ver con esos señores», concluyó. «No hay excusas» El ministro del Interior, Ángel Acebes, advirtió a Atutxa de que «no hay excusas» para no disolver de forma inmediata SA y le recordó que es él quien tiene que impulsar la medida. Es más, dijo, si retrasa la decisión hasta después de las elecciones, «lo hará sin ningún tipo de justificación». Acebes, como su colega Michavila, recordó que Batasuna cambió de nombre en los días siguientes a presentarse la Ley de Partidos y lo hizo «con la clara intención de burlar su eficacia», cuando «para todo el mundo SA es exactamente lo mismo que el partido terrorista». El portavoz parlamentario de PSE-EE, Rodolfo Ares, esperó que Atutxa «cumpla la ley» y «no busque subterfugios».