Muere en Logroño la novena víctima de violencia doméstica en 33 días

La Voz AGENCIAS | MADRID

ESPAÑA

ANDREU DALMAU

Las cifras de este 2003 casi duplican la estadística mensual de los últimos ejercicios La mujer se había refugiado en casa de sus padres tras denunciar a su marido

02 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El año pasado aumentó la cifra de muertas a manos de compañeros sentimentales y todo indica que en el 2003 se superará con creces ese récord. En lo que va de año, han sido nueve las víctimas mortales de violencia doméstica, cuando la media mensual ronda las cinco personas muertas y, en algunas ocasiones, se llega a las seis. Y eso si se tienen en cuenta las cifras de violencia doméstica aportadas por las asociaciones de mujeres, porque los datos del Gobierno suponen que cada mes mueren unas cuatro mujeres a manos de sus parejas. El mes de enero que acaba de terminar fue especialmente violento, y ayer mismo, una mujer de 30 años, M.P.H., murió en Logroño al ser presuntamente apuñalada por su marido, M.A.J.C., de 33 años. Pelea familiar El suceso ocurrió sobre las nueve y media de la mañana cuando el agresor, natural de Plasencia (Cáceres) se coló en el domicilio paterno de la joven, a donde había acudido en busca de refugio, y le asestó cuatro puñaladas que le causaron la muerte, pese a los intentos de los médicos tras ingresar en Urgencias. En la pelea, M.A.J.C., que cuenta con 16 antecedentes por delitos contra la propiedad, hirió también a su suegro y a un cuñado, que trataron de defender a la víctima. Él mismo resultó herido durante la refriega y fue detenido al solicitar atención médica en un centro de salud de las proximidades. Los trágicos sucesos comenzaron el sábado, ya que, al parecer, la joven se puso en contacto con la Policía Local para solicitar protección ante las amenazas de su marido. Según fuentes cercanas a la investigación, no era la primera vez que la víctima denunciaba un caso de malos tratos, aunque, al parecer, siempre había terminado retirando las denuncias. Una patrulla atendió a la petición de auxilio y escoltó a la mujer hasta el juzgado, donde su titular decretó el cambio de domicilio para prevenir desgracias mayores. La Policía Local protegió entonces el traslado de la mujer hasta el domicilio paterno, así como el envío de enseres para el realojamiento. La mujer se fue a casa de sus padres acompañada de una hija de poco más de un año, fruto del matrimonio con el agresor. Éste esperó en las escaleras toda la noche y, en cuanto su suegra abrió la puerta, se metió dentro armado con un cuchillo.