Rajoy asume el papel de sucesor y bromea sobre el apoyo de Zapatero

Ramón Gorriarán MADRID

ESPAÑA

BERNARDO RODRÍGUEZ

Los socialistas advierten al vicepresidente que el relevo lo colocará al frente de la oposición

15 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, se colocó ayer en el papel de sucesor de Aznar y ante la comisión constitucional del Congreso hizo balance de legislatura. La oposición calificó la comparecencia de remedo del debate sobre el estado de la nación, al apreciar en su discurso una intervención propia del sustituto de Aznar. Se preveía una anodina sesión, pero Rajoy la convirtió en un repaso de gestión, acompañado de algún anuncio, cierta autocrítica y abundante satisfacción. Quedó claro que no era una mera exposición del ministro de turno, sino un alegato sobre los compromisos del Gobierno: lucha contra el terrorismo, vertebración territorial, pleno empleo, seguridad ciudadana, modernización, relaciones internacionales e inmigración. Rajoy debatió con el PSOE sobre la «calidad de la democracia»; con el PNV, sobre legalidad y la propuesta de Ibarretxe; con CiU, sobre el futuro sistema de financiación local; con IU, sobre el control del Congreso al Ejecutivo; y con CC, sobre los servicios de inteligencia. El socialista Diego López Garrido apuntó que Rajoy actuó como «el candidato a sucesor» y trasladó al vicepresidente los «mejores deseos para su futuro político», aunque precisó que relevará a Aznar no al frente del Ejecutivo, sino como «un buen jefe de la oposición». Los portavoces de CiU, Jordi Jané, y PNV, Josu Erkoreka, extrajeron igual conclusión. Jané le aconsejó cautela porque tal aspiración debe hacerse sin irritar a Aznar, «sin que se note». Erkoreka dijo que Rajoy actuó como «un factotum con mando en plaza» sobre todas las áreas del Gobierno. El vicepresidente no eludió los comentarios, pero se limitó a bromear sobre que sería «antológico» optar a la sucesión «con el apoyo de Zapatero», en alusión a las preferencias expresadas por el secretario general del PSOE. Fuentes cercanas a Rajoy intentaron eliminar esta impresión aludiendo que el Ministerio de la Presidencia es «transversal». Quisieron así evitar la reapertura del debate después de que Montoro se inclinara por un sucesor con «profundos conocimientos económicos», en nítida referencia a Rato.