El PSOE rechaza ampliar la colaboración entre autonomías si no tienen voz en la UE

RAMON GORRIARÁN MADRID

ESPAÑA

El Gobierno se enfrenta a toda la oposición parlamentaria con su proyecto de Ley de Cooperación interterritorial El Gobierno y el PSOE llegaron ayer sólo a un punto de encuentro en el Senado sobre la cooperación autonómica. Acordaron debatir sus propuestas en la comisión de autonomías de la Cámara Alta, aunque la diferencia de sus posturas hace prever un difícil entendimiento. Los socialistas plantean que es indisociable la colaboración entre comunidades de la reforma del Senado y de la participación de las autonomías en las reuniones de ministros de la UE, puntos por los que el Ejecutivo no está dispuesto a pasar. Además, CiU y PNV se quedaron fuera del clima de consenso y rechazaron siquiera discutir el proyecto legislativo

15 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Los prolegómenos no hacían prever la armonía con que discurrió en el Senado el primer debate sobre la ley de cooperación, es más, los augurios apuntaban a la tormenta. El acuerdo, sin embargo, se produjo. El ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, señaló que no estaba en su ánimo «imponer» una ley de cooperación y que el proyecto seguiría adelante siempre que hubiera «un acuerdo amplio», que no unanimidad. Posada sorteó los aspectos más espinosos del informe y evitó a hablar del nuevo concepto de «unidad nacional» o del reforzamiento del centralismo si las autonomías no cooperan, como plantea el documento gubernamental que sirvió de base a la discusión. Intentó limar asperezas, se mostró dispuesto a olvidarse de la ley si no hay acuerdo y se declaró abierto al diálogo, aunque no se comprometió a nada más que a hablar. Su único compromiso, trasladar al debate a una ponencia de la comisión de autonomías del Senado, fue recogido al vuelo por el PSOE para que en ese ámbito se analicen sus propuestas. Las ideas socialistas fueron puestas sobre la mesa por el presidente de la Junta de Extremadura, el único gobernante autonómico que acudió al debate. Juan Carlos Rodríguez Ibarra señaló cuatro instrumentos de cooperación: el Senado, una vez que se reforme la Constitución para que sea un foro territorial; la creación de una conferencia de presidentes autonómicos con el jefe del Ejecutivo central; la regularización con un régimen jurídico especifico para las conferencias sectoriales, y la presencia de las autonomías en los consejos de ministros de la UE. Propuestas de Ibarra Rodríguez Ibarra sostuvo que las reformas reglamentarias de la Cámara Alta son parches que no resuelven nada si el objetivo es que el Senado sea el punto encuentro de las autonomías para lo que «sólo» se requiere la modificación del artículo 69 de la Constitución. «Sin esto, no podrá funcionar en serio y el sistema autonómico estará cojo y débil», sostuvo el presidente extremeño. Además, se empleó a fondo en defender la presencia de las autonomías en las reuniones ministeriales de Bruselas, «sin ocupar el sitio del ministro, sino acompañándolo». Plante nacionalista El acuerdo con el PSOE no será lo más difícil para el Gobierno. Los nacionalistas catalanes y vascos se quedaron descolgados del clima de entendimiento. El representante de CiU, Xavier Marimón, sostuvo que la ley de cooperación es «innecesaria» porque ya existen fórmulas de colaboración entre las comunidades y la Administración central. Alertó, además, de que una norma de este tipo puede conducir a una «homogenización» de las comunidades que diluya «los hechos diferenciales» de las autonomías históricas. Por su parte, la senadora del PNV Inmaculada Loroño compartió que es una norma innecesaria y que no se puede obligar a cooperar. Discrepó también del diagnóstico gubernamental de que el proceso autonómico está culminado y recordó las 35 competencias pendientes de transferir al País Vasco.