Aznar admite que la independencia vasca es legítima si no se impone por la fuerza

MAGIS IGLESIAS MADRID

ESPAÑA

JAVIER HERRAEZ

El presidente rechaza, sin embargo, la «vía irlandesa» que propone Arzalluz, por considerarla una rendición a plazos Paso a paso, el PP prepara el camino para la recuperación de relaciones con el PNV, a juzgar por las últimas declaraciones de sus líderes. José María Aznar admitió ayer la legitimidad de la defensa de la independencia del País Vasco, siempre que se ejercite sin imposiciones. Eso sí, no a través de la mesa irlandesa que propone Arzalluz.

17 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El recurrir a la vía irlandesa por parte de algunos políticos nacionalistas supone, para Aznar, el intento de alcanzar la autodeterminación de distinta forma a los que utilizan la violencia. «Unos buscan la rendición inmediata y otros buscan una rendición en el tiempo», dijo el presidente, quien se mostró convencido de que «hay una mayoría en el País Vasco que no quiere eso, que lo que quiere es acabar con el terrorismo y un fortalecimiento de las instituciones y que cada uno defienda lo que quiera viviendo en paz». El presidente hizo estas manifestaciones en una entrevista concedida a Radio Nacional. En ella destacó las diferencias existentes entre la situación en el Ulster y en el País Vasco. Aznar situó diferencias en las «raíces históricas», la «situación interna» o el «carácter religioso» del conflicto en el Ulster con la situación que vive el País Vasco. Para el presidente del Gobierno, la autonomía de la que disfruta Irlanda del Norte es «como de broma» en comparación con la que ostenta Euskadi. El presidente, además, reprochó a Jordi Pujol sus declaraciones tras la jornada electoral en el País Vasco, cuando mostró su satisfacción por la «derrota de la cruzada antinacionalista». Según el jefe del Gobierno, el presidente de la Generalitat «es una persona inteligente y mesurada» pero, en su opinión, «no debería haber hecho esas declaraciones». El presidente aseguró que Pujol ofendió a su partido y «a la memoria de sus víctimas» del terrorismo. «Nosotros estamos soportando una cruzada terrorífica, que es la e tener que pagar un precio extraordinario de vidas humanas por nuestra libertad y nuestra democracia», dijo, y añadió que «con eso no se puede hacer bromas». «Cuando se paga un tributo que nadie ha pagado como nosotros hay cosas que no se pueden decir», añadió el presidente, para añadir que «esas expresiones desafortunadas provocan un sentimiento de ofensa no sólo en los responsables políticos sino en la memoria de quienes han perdido su vida por la democracia en nuestro país».