El presidente del Gobierno indicó que no se sentará en «la mesa irlandesa» de diálogo propuesta por Arzalluz El presidente del Gobierno, José María Aznar, considera que la fortaleza que parece tener el nacionalismo vasco con el triunfo en las elecciones del día 13 es sólo un «espejismo», porque son los mismos aunque agrupados de otra manera. Aznar pretende recuperar las relaciones con el PNV, pero únicamente en el plano institucional. El jefe del Ejecutivo afirmó que el PP no cambiará la política en el País Vasco, y que no se sentará en la «mesa irlandesa» de diálogo para la paz que ha propuesto Xabier Arzalluz.
15 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Los resultados electorales, que dieron a PNV-EA 33 escaños y a EH 7, no demuestran «más fortaleza» de los nacionalistas vascos, sino «un estancamiento que se demostrará con una menor presencia en el Parlamento que en 1998». A esta conclusión llegó ayer José María Aznar en el transcurso de la reunión del Comité Ejecutivo del PP en Madrid. Aznar se basa en el hecho de que el mayor incremento de votos que ha tenido la coalición PNV-EA procede de los que ha perdido EH, a quien han dejado de votar 80.000 personas. Relación con el PNV Aznar anunció que el PP no cambiará su política en el País Vasco. Explicó su deseo de recuperar las relaciones con el PNV -bloqueadas desde la ruptura de la tregua de ETA- pero tan sólo en el ámbito institucional. Excluyó la participación del PP en una «mesa irlandesa» de diálogo para la paz, tal y como propuso el lunes Arzalluz. El presidente del Gobierno advirtió que el análisis de la situación política y electoral del País Vasco no es válido ni para Galicia ni para Cataluña. Intentó ahuyentar así los temores de su partido ante el posible efecto contagio de las elecciones vascas en las gallegas que se celebrarán este otoño. El secretario general del PP, Javier Arenas, también descartó problemas en Galicia porque, según él «el PP y Fraga están consolidados».