La mayoría de los golpistas jubilados reciben una pensión de 300.000 pesetas

J.A. BRAVO. Colpisa MADRID

ESPAÑA

Tejero pinta cuadros por medio millón, Armada cultiva camelias y el ex-coronel Miguel Manchado, limones Veinte años después de la intentona golpista, la mayoría de los 33 procesados disfrutan de una jubilación tranquila. Muchos cambiaron el uniforme por la empresa y sólo algunos siguen ligados a la Guardia Civil. La mayoría recibe una pensión del Ministerio de Hacienda que ronda las 300.000 pesetas al mes. Viven en el anonimato. «Estamos dedicados a nuestros hijos y nietos», afirma uno de ellos.

22 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El Tribunal Supremo aumentó en 1983 las penas impuestas un año antes por la Justicia militar y absolvió a tres procesados: el comandante José Luis Cortina y los capitanes Juan Batista González y Francisco Ignacio Román. Entre los condenados, una decena fueron expulsados de la Guardia Civil, otros continuaron en el cuerpo y seis fueron expulsados de las Fuerzas Armadas. Ninguno está en prisión. Alfonso Armada, Luis Torres Rojas, Miguel Manchado y Vicente Gómez Iglesias fueron indultados en 1988, y otros seis han muerto: Jaime Miláns del Bosch, Camilo Menéndez, Diego Ibáñez Inglés, Pedro Mas Oliver, Santiago Vecino Núñez y Juan García Carrés. Los expulsados de las Fuerzas Armadas cobran la pensión de jubilación máxima de la dirección general de Clases Pasivas. Ronda las 316.000 pesetas al mes, que netas se quedan entre 290.000 y 270.000. El ex-coronel Antonio Tejero, de 68 años, fue el último en salir de prisión, en 1996. Vive de su jubilación y de la pintura. Sus cuadros se cotizan por casi medio millón. Al parecer, ha rechazado suculentas ofertas para publicar sus memorias. Alfonso Armada, de 81 años, vive entre Madrid y Galicia, donde ejerce su marquesado en el pazo de Santa Cruz de Rivadulla, donde cultiva camelias. Del resto se sabe menos. El ex-comandante Ricardo Pardo Zancada, ligado a la ultraderecha, se hizo periodista en prisión. El ex-general Luis Torres Rojas vive dedicado a su familia y su compañero José Ignacio San Martín es traductor. El ex-coronel Miguel Manchado García, amigo de Tejero, se reparte entre la pintura y el cultivo de limones.