Rudi homenajea a las víctimas de ETA y destaca la vigencia de la Constitución

JOSÉ Á. REGATERO MADRID

ESPAÑA

IGOR

Los políticos coinciden en el papel de la Carta Magna como garantía de democracia Los principales dirigentes políticos volvieron a reiterar ayer la total vigencia del texto constitucional cuando se cumplen 22 años de su aprobación. José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero coincidieron en que la Carta Magna ha sido decisiva para la democracia. La presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, hizo en su discurso un homenaje a las víctimas de ETA y recordó de forma especial al ex-ministro Ernest Lluch. La mayoría de dirigentes políticos dejaron ayer aparcadas sus diferencias partidistas para reiterar la validez de la Constitución, durante la ceremonia de su vigésimo segundo aniversario en el Congreso de los Diputados.

06 dic 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

La presidenta de la Cámara Baja, Luisa Fernanda Rudi, resumió el sentir de todos los participantes y resaltó la plena vigencia del texto constitucional, que ha propiciado «la más dilatada etapa de libertad de nuestra historia contemporánea». En el salón de los Pasos Perdidos, y ante el millar de invitados que acudieron a la recepción oficial, rindió un homenaje a todas las personas que durante el último año han sido víctimas de la «barbarie» terrorista, y en especial al ex-diputado Ernest Lluch, y se comprometió públicamente a seguir defendiendo la paz y la libertad. Los miembros del Gobierno, con el presidente José María Aznar a la cabeza, no repararon en loas a la Constitución ratificada por los españoles en el referéndum de 1978. La España posible Aznar afirmó que «la España posible y deseable es la España constitucional». Se felicitó por el hecho de que «esa expresión de la España plural haya sido una vía de convivencia, de estabilidad y de progreso en estos años, y debemos aspirar a que siga siendo esa vía también en el futuro». La visión más crítica la ofreció el coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien subrayó que ahora existen numerosas voces que piden una relectura «sobre la marcha» de la Constitución. En su opinión, una cosa es el texto que se acordó y otra el uso que se hace de él. Puso como ejemplo al Gobierno, que recurre a una interpretación «no de una Constitución de concordia sino de confrontación, y no de una Constitución de diálogo, sino de exclusión».