Pontón emerge como figura opositora

mario beramendi c. p. REDACCIÓN / LA VOZVIGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

SANDRA ALONSO

La nacionalista resucita al BNG y afianza su liderazgo sobre un grupo parlamentario cohesionado, mientras el de Villares y Leiceaga, con fuerte división, aún está por ver

27 sep 2016 . Actualizado a las 15:24 h.

El nuevo Parlamento gallego nacido de las décimas elecciones autonómicas sitúa al BNG como la cuarta fuerza política, pero deja a su candidata con muchas posibilidades de disputarles el liderazgo de la oposición a Luís Villares y a Xoaquín Fernández Leiceaga, cabezas de la segunda y de la tercera fuerzas, ambas con 14 escaños. Mientras Ana Pontón ha resucitado al Bloque, al ganar 84.000 votos sobre las últimas generales, y afianza su papel en un grupo parlamentario cohesionado de seis diputados en el que se compagina experiencia y renovación, en el PSdeG y En Marea se abre un horizonte bien diferente.

Los resultados cosechados, por debajo de las expectativas, amenazan con hacer saltar las contradicciones internas del partido instrumental de Luís Villares en el que conviven tres patas: Podemos y Esquerda Unida, y los nacionalistas de Anova. Estos están en franca minoría porque apenas contarían con tres diputados de catorce: Antón Sánchez por A Coruña, Paula Verao por Lugo y David Rodríguez por Ourense. A esto se suma la tensión interna en Podemos con dos grupos abiertamente enfrentados.

La situación en el PSdeG tampoco es muy alentadora. De los catorce diputados, nueve serían afines a Leiceaga, pero el candidato socialista tendrá que hacer frente a las tensiones internas del partido, tanto desde Vigo, por la oposición del alcalde, como desde Ourense, donde se encuentra el sector afín a Pachi Vázquez, también muy crítico con el cabeza de cartel socialista.

En las filas del nacionalismo sucede justo lo contrario. Después de que el BNG pasara por la uci, y muchos incluso lo dieran ya por muerto como proyecto político, ahora no solo ha pasado a planta sino que al enfermo lo han dado de alta.

Ana Pontón prometió ayer «xenerosidade e humildade» en el proceso llamado a ampliar la base social del nacionalismo, un paso, a su entender, que es indispensable para construir una alternativa política a Núñez Feijoo.En línea con lo expresado ya en la misma noche electoral, la candidata nacionalista advirtió que el BNG, pese a la victoria del PP, no se va a desanimar y aprovechará el «caudal de entusiasmo» para abrir una nueva etapa. Un tiempo que, en el Parlamento gallego, se va a caracterizar por «facer unha oposición firme e rigorosa, de ideas e proxectos». Un mensaje sin alusiones directas, pero con el que marca distancias respecto a otras formas de hacer trabajo parlamentario. En apenas unas horas, la perspectiva en la dirección del BNG ha cambiado por completo. La formación nacionalista ha pasado de verse en el Grupo Mixto, con posibilidades de repartirse la tarta con Ciudadanos (una fuerza en las antípodas del Bloque), a contar con grupo propio y con el camino abierto para visualizar su proyecto y reafirmar el liderazgo parlamentario de Ana Pontón.

Preguntada ayer de nuevo sobre cómo cree que ha influido el papel directo de su persona sobre los resultados obtenidos por la organización, la candidata nacionalista volvió a tirar del mismo recurso que en la noche electoral: atribuir los méritos al trabajo colectivo de los militantes y simpatizantes.