Las luchas internas y la predisposición de la dirección estatal a laminar cualquier opinión y perfil que no siguiese al pie de la letra el libro naranja abrió el camino de las expulsiones
26 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Las municipales del 2015 se convirtieron en tarjeta de presentación de Ciudadanos en Galicia. Con una modesta presencia en las candidaturas locales, obtuvo 16 concejales. La cuota de estreno le sirvió para dar un pequeño salto presencial, cambiar su estructura y acoger a huérfanos militantes de UPyD. Todo estaba preparado para crecer, y así se certificó en las generales de diciembre con los 148.852 votos logrados en Galicia que se tradujeron en un diputado por A Coruña. Pero las luchas internas y la predisposición de la dirección estatal a laminar cualquier opinión y perfil que no siguiese al pie de la letra el libro naranja, abrió el camino de las expulsiones y puso a C’s Galicia en el carril del ruido interno. Con dicho escenario perdieron en junio a su diputado y ahora se queda lejos del Parlamento y por ello más obligado aún a encontrar un referente que comience a darles estabilidad y les ponga cara para las posibles generales.