Primera mayoría absoluta y nuevo ciclo político al son de 1.200 gaiteiros

La Voz

ELECCIONES 2016

Más de 20.000 personas en una plaza del Obradoiro abarrotada acompañaron a Fraga tras la jura de su cargo

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 20.000 personas en una plaza del Obradoiro abarrotada y los ya célebres 1.200 gaiteiros que acompañaron a Fraga tras la jura de su cargo desde el Parlamento a la plaza catedralicia sirvieron aquel 6 de febrero de 1990 para inaugurar una nueva etapa política en la aún adolescente autonomía gallega. El PP lograba la primera mayoría absoluta (38 escaños) y lo hacía con un PSOE que gobernaba España y un PSdeG comandado por Fernando González Laxe que no había logrado capitalizar sus dos años en la Xunta tras la moción de censura a Albor, aunque logró el hasta ahora mejor resultado de los socialistas en Galicia (28 escaños).

Aquella fue además la legislatura en la que se modificó la ley electoral, subiendo del 3 al 5 % el listón para poder entrar en el Parlamento, diseñando así el futuro político de Galicia, que a partir de la siguiente elección sería tripartidista. También fue el estreno de una nueva generación de políticos que tendría mucho que decir en los sucesivos gobiernos de Fraga. Aurelio Miras Portugal, actual director general de Migraciones, fue uno de aquellos diputados que formó parte del Grupo Popular, aunque estaba adscrito a Centristas de Galicia. «Yo no era fraguista, pero me hice fraguista con el tiempo. Era un placer trabajar con aquel hombre. Tenía una capacidad extraordinaria», dice.

Miras Portugal, que con el tiempo sería conselleiro de la Xunta, guarda el recuerdo de que sabían que la victoria electoral era posible, pese a que el PSOE tenía el poder institucional en España y en Galicia. «Sabíamos que podíamos ganar. Y además Fraga había hecho una buena campaña. Creo que para Galicia no es bueno un gobierno de muchos. Se necesita un timón firme», argumenta.

No estaba claro que Fraga fuera a presentarse, admite. Al final lo hizo, completando esa evolución política que tantas páginas ha llenado, para llegar a la estación término de un galleguismo inclusivo, de identidades compartidas, un modelo único entre las denominadas nacionalidades históricas. «Non queremos enfrontamentos de clase, de idades, de linguas», dijo el recién investido presidente frente a la multitud que lo aclamaba.

Fraga llegó y venció, pero abrió una legislatura bronca y polémica, en la que se cambiaron las reglas de juego electorales y parlamentarias sin contar con el resto de sensibilidades políticas. Abriéndose camino en aquel nuevo contexto político estaba un joven Alberto Núñez Feijoo, que como secretario xeral de Sanidade ya era un asiduo de las comisiones parlamentarias.