La coordinadora de En Marea no ha vuelto a reunirse desde el 22 de mayo

Mario Beramendi Álvarez
MARIO BERAMENDI SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

XOÁN A. SOLER

El órgano director de la coalición aún no ha analizado los resultados electorales

04 jul 2016 . Actualizado a las 11:18 h.

Al día siguiente de las elecciones al Congreso, los cinco diputados electos de En Marea comparecían en Santiago para valorar lo ocurrido el 26J. Entonces hubo poca autocrítica. Pero posteriormente aparecieron el desgaste, el ruido interno, la desmovilización... Se apuntaron causas, casi todas a título individual: reacciones de alcaldes, valoraciones de algún diputado. Sin embargo, la mesa coordinadora de En Marea, el órgano que actúa como dirección de la coalición electoral, no ha vuelto a reunirse desde mucho antes de la cita electoral. La última convocatoria es del 22 de mayo. Ni siquiera se han juntado para valorar y analizar los últimos resultados, en los que En Marea ha cedido 67.000 votos respecto a diciembre y ha perdido el escaño de Ourense. En cambio, la mesa coordinadora había venido reuniéndose asiduamente desde finales del pasado año con una periodicidad de entre una y dos veces al mes. 

El escenario

División internaAlgunas fuentes consultadas apuntan al clima de división y tensión interna como causante de la escasa operatividad de esta mesa, pero En Marea, preguntada al respecto, ofrece una versión muy diferente. Asegura que durante la campaña ha operado un comité con unas funciones similares a las de la mesa y, en segundo lugar, apunta que todavía no se ha convocado una reunión porque se decidió que, previamente, se reunirían las direcciones y ejecutivas de los diferentes partidos para valorar lo ocurrido el 26 de junio. El sábado, por ejemplo, lo hizo Esquerda Unida. Desde En Marea afirman que en próximas fechas, pero todavía sin concretar, se convocará una reunión de la mesa. 

Los precedentes

La crisis de mayo. Para entender el clima interno de En Marea hay que remontarse a lo sucedido a principios de mayo. Yolanda Díaz renunciaba a ser candidata a la Xunta y, al mismo tiempo, descartaba a Xosé Manuel Beiras, su socio en el Parlamento de Galicia. Aquello sentó como una cuchillada al veterano político gallego. «Se quere sacarme de en medio, que explique por que», llegó a expresar muy molesto. El desencuentro entre ambos se remonta al momento en el que Yolanda Díaz, antes del 20 de diciembre, decide dejar su escaño en el Parlamento gallego para embarcarse en la aventura al Congreso. El pasado 17 de junio, poco antes de la fecha de las elecciones, en una entrevista concedida a Vía V, Beiras dejaba claro que las heridas siguen abiertas. «¿Que queres que che diga de Yolanda Díaz? Yolanda Díaz tivo comigo un comportamento ingrato, insolidario e en determinados momentos desleal. Así de claro», aseguraba el veterano político gallego. Este es el clima que ha presidido las relaciones entre Anova y Esquerda Unida en los prolegómenos de las elecciones, una división que sigue hoy muy viva y que afecta a dos de las tres patas de En Marea y a los dos pilares que sostienen Alternativa Galega de Esquerda (AGE), la coalición electoral que logró en otoño del 2012 nueve diputados.  

La cuestión nacional

Distanciamiento de Podemos. Después del 20D, las infructuosas negociaciones de Alexandra Fernández y del sector de Anova para lograr grupo parlamentario propio llevaron a que la diputada gallega reconociese diferencias y desencuentros con Podemos. Las discrepancias por la cuestión nacional han estado presentes estos meses. Mientras Anova apuesta por acentuar el carácter nacionalista, Esquerda Unida y Podemos, es decir, Yolanda Díaz y Antón Gómez-Reino, están más alineados en otra estrategia. Esto es lo que ha llevado a Beiras el pasado viernes a poner el foco en Madrid sobre la cuestión identitaria y a reprochar a Unidos Podemos que hayan abandonado la concepción plurinacional de España en su estrategia electoral.

El futuro

Un puzle complejo. A las contradicciones relacionadas con los asuntos de vertebración territorial e identidad, toda vez que En Marea tiene coincidencias en la cuestión de clase, se añade otro problema de fondo: la cultura política de los llamados movimientos populares, es decir, todo lo surgido del 15M, está impregnada de idearios que nada tienen que ver con el modus operandi tradicional de los partidos clásicos; es decir, las fuerzas que integran En Marea apelan a la horizontalidad, a la asamblea y al poder de las bases, pero su cultura política es otra. Prueba de ello es que mientras apelan al poder de decisión de la ciudadanía se cocinan los candidatos en las cúpulas, como ya sucedió el 20D; ahora proponen un candidato de consenso a la Xunta, es decir, decidido por los líderes.

Una mesa de doce miembros, con dos de Anova, dos de EU y dos de Podemos

Constituida después de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, la mesa coordinadora de En Marea era una respuesta del proyecto político para dotarse de dirección y de operatividad: está formada por doce miembros. Dos son de Anova, dos de Esquerda Unida y dos de Podemos. A estos hay que añadir otros seis, provenientes de las distintas mareas locales. Ahí están, por ejemplo, Compostela Aberta, Ferrol en Común, Encontro Cidadán por unha Marea Galega y la Marea Atlántica que, finalmente, decidió no participar. Casi todas las decisiones en el seno de la mesa coordinadora se toman por consenso, es decir, sin necesidad de votar, y los miembros de la mesa no son siempre los mismos. Van variando en función de la agenda de cada fuerza.