Con la caída de la hoja, llegará la caída de la papeleta gallega. Mientras, de camino al otoño, sigue el goteo de valoraciones de los resultados del domingo
01 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Con la caída de la hoja, llegará la caída de la papeleta gallega. Mientras, de camino al otoño, sigue el goteo de reacciones (algunas casi alérgicas) al 26J.
A sus órdenes
«Si hay algo deprimente es que la mitad de los electores no quieren ningún cambio. No creen en la ética, y eso... Empieza a ser peligroso». Lo escribió en Twitter el general Julio Rodríguez, candidato por Podemos en Almería. Como no ha logrado escaño (otra vez), los votantes resulta que son un problema. Sí, ha ganado un partido con sonados casos de corrupción y déficit de autocrítica. Con su camisita y su canesú. Alguna culpa tendrán los que se presentaron como presunta alternativa. La entidad de los derrotados también se mide por la del vencedor.
El eterno retorno
En política hay puertas giratorias que llevan a jardines privados. Pero otras dan a zonas públicas. Quiere mantener abierta la suya Margarita Robles, elegida diputada por el PSOE, es magistrada en excedencia. Ha impugnado la decisión de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial de despojarle de su condición de magistrada del Tribunal Supremo. Volver. Pero no con la frente marchita, oiga. Un lujo que muchos no pueden permitirse.
El secreto está en la base
Alguien con ingenio escribió en Twitter que la vida es aquello que pasa mientras votan las bases. Se supone que, si en la pizza el secreto está en la masa, en los nuevos partidos el secreto está en las bases, en ese magma efervescente. Aunque, visto lo visto, quizás sea mucho suponer. Porque una vez que se ha montado un buen gallinero nunca faltan gallos para cantar. Lo saben en Ciudadanos y en Podemos. La líder de la formación morada en Galicia, Carmen Santos, prometió y promete que el candidato a la Xunta tiene que pasar por las urnas del partido. Pero hay maniobras para que ocurra lo contrario. Ya sea liberal o proletario, un dedazo es un dedazo. Las aguas no siempre confluyen mansamente. Y hay bastones de mando que invitan al pastoreo.
Domingos de otoño
Podría ser el título de una novela japonesa. O de una película sueca. Pero no. Un domingo de otoño es la fecha de las próximas elecciones gallegas. «Déjenme que lo piense», pide Feijoo. Los sobresaltos, para sus vecinos. Pero no conviene recrearse en tranquilidades o celebraciones al estilo «no somos Venezuela». Porque, de momento, tampoco es que seamos Dinamarca. En algunas cuestiones, ni falta que hace, pero no sobraría parecerse un poco más a los de Borgen y un poco menos a los de Crematorio.