Rajoy quita presión a Sánchez e inicia sus contactos por Coalición Canaria

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID /LA VOZ

ELECCIONES 2016

UXÍA RODRÍGUEZ

El líder del PP está dispuesto a acordar un programa de reformas con los socialistas

01 jul 2016 . Actualizado a las 09:51 h.

Mariano Rajoy ha decidido rebajar la presión sobre Pedro Sánchez. Pretende darle espacio y tiempo para que gestione el debate interno en el PSOE antes del comité federal del próximo 9 de julio. El presidente del Gobierno en funciones no quiere dar pasos en falso, precipitaciones ni espectáculo, va a llevar los contactos con la máxima discreción, sin radiar las llamadas. Por eso ayer solo trascendió que había hablado con el presidente canario, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, con quien acordó celebrar un encuentro el próximo martes. De la prometida llamada a Sánchez, nada de nada. «Puede que haya llamado y ni nos enteremos», aseguraban con cierta ironía fuentes populares.

Convencer al PSOE

La prioridad de Rajoy sigue siendo convencer a los socialistas de que no tienen más remedio que facilitarle que siga en La Moncloa. Su clara victoria con 52 escaños y 2,5 millones de votos más que la segunda fuerza política cree que le legitiman y hace imposible cualquier otra fórmula. Además, unas terceras elecciones es un escenario que nadie desea. Estas son sus bazas para negociar, y no parece haber otra salida.

Prefiere un Gobierno de gran coalición con el PSOE o, en su defecto, un acuerdo de legislatura que le proporcione la estabilidad que considera imprescindible para superar los grandes retos que debe afrontar España. Sin embargo, es consciente de que es muy difícil, prácticamente imposible, que los socialistas entren en el Gobierno. Tanto Sánchez como Susana Díaz y el resto de los barones se oponen frontalmente a esta vía.

Lo más factible es la abstención socialista. Rajoy cree que puede pactar un programa de reformas que motive su abstención en la investidura. Para ello, el PP ya ha puesto en circulación la posibilidad de revisar la Constitución, siempre y cuando se planteen objetivos concretos, pactar un nuevo modelo de financiación autonómica, e incluso hablar de la reforma laboral. Rajoy confía en que si pone sobre la mesa una oferta atractiva, un PSOE en retroceso y dividido terminará aceptando su continuidad con una «abstención de mínimos», como la denominó ayer el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.

En Moncloa se valora que Sánchez haya optado por el mutismo desde la noche electoral, con lo que ha evitado pronunciarse sobre si el no del PSOE a la investidura que anunció el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, es definitivo o hay posibilidades de negociar. Rajoy no quiere recibir un no categórico por parte del líder socialista, como sucedió después del 20D. Cuenta con su no de entrada, pero quiere evaluar si es definitivo o puede modificarlo si le hace una contraoferta. Sabe que tiene que esperar a la crucial cita del comité federal del PSOE el próximo 9 de julio. Confía en que los barones que se oponen a que haya nuevas elecciones y a que Sánchez vuelva a tratar de ser presidente, le convenzan de que le permita gobernar. Es consciente de que en la resolución que aprobó tras las elecciones del 20D decidió votar no al líder del PP en la investidura. La duda es si se mantendrá ese rechazo sin posibilidad de negociación o los barones impondrán una declaración más ambigua que deje abierta la puerta a una futura abstención.

Moncloa considera muy difícil que prospere la vía de sumar a Ciudadanos y el PNV, que son incompatibles. Aunque así fuera y se añadiera Coalición Canaria, a Rajoy le faltaría una abstención para ser investido.

Mensajes a Ciudadanos y PNV

De todas formas, dos dirigentes del PP lanzaron ayer sendos mensajes en dirección a Ciudadanos y el PNV. El vicesecretario general Fernando Martínez Maillo pidió al partido que lidera Albert Rivera que tenga al menos «el mismo ánimo de negociación que tuvo con Pedro Sánchez, que perdió las elecciones en diciembre». El ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, dijo que la incorporación del PNV sería muy buena, aunque sea un partido nacionalista.