Es un«gentleman» tenaz que fue alcalde de Lugo y que guarda más de 27.000 fotos. Cree que a los políticos les toca pedir perdón
13 jun 2016 . Actualizado a las 16:05 h.A Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón lo bautizó Rouco Varela. Pero el nombre se lo dio Joaquín María García Díez (Ferrol, 1954), el candidato del PP al Congreso por Lugo era entonces alcalde de su ciudad. «Fui yo el culpable. El otro día leí una entrevista que a él no le gusta que lo llamen Froilán, pero el rey Juan Carlos me dijo que él sí se lo llama». García Díez era alcalde de Lugo y estaba con Fraga en Fitur cuando se anunció el embarazo de la infanta Elena. Los dos lanzaron sus felicitaciones ante los micrófonos. «Pero un redactor de La Voz me insistió: ?alcalde, algo más?. Respondí: ?¿Qué quieres que te diga? ¿Que si es niño le ponga Froilán??». Y así fue.
En su casa hay una estantería a rebosar de carretes, diapositivas, negativos... En formato digital, según el último recuento, guarda 27.000 fotos. Las gracietas de sus hijas quedaron inmortalizadas en Super 8. La vida le enseñó pronto la importancia de guardar los momentos. Se quedó huérfano de padre y madre a los doce años. Era el mayor de cinco hermanos. Lo enviaron a un internado en Vigo. Después vivió en Santiago. Su piso de estudiante era atípico. Limpieza. Orden. «Demasiado». Estudió biología. Le encantan las plantas. «Si no hubiera sido político, me hubiera gustado tener una empresita de obras de decoración o de diseño de jardines», explica. Pero se dedicó a la política. Su etapa como regidor fue intensa. García Díez dijo en rueda de prensa que, si la Xunta de Fraga no aportaba fondos para la peatonalización, dimitiría en tres meses. Y ni siquiera abandonó el concello ante una amenaza de bomba. Un gentleman tenaz. Y eso que de joven era más velocista que fondista.
Muestra un vídeo grabado por él mismo en el parque en el que hace un llamamiento a los indecisos. Se desenvuelve bien con el móvil, la tableta, el ordenador. «Cuando dejé la alcaldía, en el 99, estuve un tiempo en dique seco por problemas en mi partido», apunta. Pasa de puntillas por el tema, con elegancia, pero pagó un precio por no doblegarse ante Cacharro. «Estuve tres años hasta reenganchar. Sufres psicológicamente, porque pasas de la hiperactividad a ser un mueble. Me busqué la vida para no venirme abajo y me apunté a todos los cursos que había. Empecé por los de informática», apunta. Tiene debilidad por Apple. Y por Netflix. Le gusta House of Cards. «¡Qué malos son los Underwood!». Sus hijas, que viven en América y Londres, son su avanzadilla para las series.
Ha ejercido de portavoz de Pesca del PP en el Congreso y cree que los diputados no pueden limitarse a las funciones asignadas, tienen que ir más allá. En los últimos tiempos, con el Gobierno en funciones, buscaba pelear por algo. «Y lo hice por el tren en Lugo». Dice que estos meses han sido los más tristes que ha vivido en el Congreso. «Han sido un fracaso colectivo de la clase política, un triste espectáculo. Tenemos que pedir perdón. Espero que todos hayamos aprendido algo».
Cree que en España se frivoliza con el voto «como si fuera una quiniela». Afronta la campaña con pasión. «Pero estamos en la prórroga y no quiero ni imaginarme en los penaltis. No sé si tendría valor para otras elecciones», concluye. Y mientras lo dice quizás piense en aquel sueño de juventud, el del navegante solitario que se aleja.
«Yo me emociono todos los días»
-Venda Galicia a quien no la conozca.
-Es fácil. Buena comida, un extraordinario paisaje después de cada curva y muy buena gente.
-¿Que es lo mejor y lo peor de la política?
-Lo mejor, hacer cosas en favor de tu gente y lo peor, esos personajillos que se meten para utilizarla para otras cosas y la desprestigian tanto.
-¿La declaración de la renta le sale a pagar o a devolver?
-La última me salió a devolver, eso quiere decir que me retuvieron bastante durante todo el año.
-Un personaje histórico.
-Me gustan los que han cambiado el mundo con algún invento. Fleming, Leonardo da Vinci...
-Una película.
-La de Will Smith y su hijo, En busca de la felicidad, que está basada en una historia real.
-Un libro.
-Estoy leyendo a trozos Psicoanálisis de los cuentos de hadas, está escrito por un psicólogo y psiquiatra y analiza cómo los personajes de los cuentos ayudan a entender la vida a los niños.
-Una canción.
-The Boxer, de Simon & Garfunkel. Soy muy musiquero.
-Una virtud y un defecto.
-Soy una persona sencilla. Un defecto, que tiendo a ser demasiado ordenado.
-Un placer culpable.
-La siesta de verano sin ropa encima de la cama.
-Un miedo confesable.
-Las alturas. Y, cuando intenté hacer submarinismo, descubrí que también las profundidades.
-La última vez que se emocionó.
-Me emociono todos los días.
-La vida sen Internet sería...
-Igual que antes.
-En una palabra: Rajoy.
-De palabra y fiable.
-Pedro Sánchez.
-Egoísta crispado.
-Pablo Iglesias.
-Vendedor de humo.
-Albert Rivera.
-Una decepción.
-Le gustaría que lo recordaran como...
-Una buena persona.