La CUP llega al borde del cisma a la reunión decisiva para Mas

T. Novoa REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 2016

Dimite un dirigente que tildó de fraude el proceso secesionista

02 ene 2016 . Actualizado a las 11:22 h.

El deriva independentista de Artur Mas ha ido fracturando todo lo que ha pillado a su paso. Primero fue la sociedad catalana, dividida en dos mitades; después, a su propia federación política, CiU, que había protagonizado la política catalana durante toda la etapa democrática; y, finalmente, a la CUP, una formación antisistema que mañana celebrará un decisivo consejo político al borde de la escisión. La última prueba, la dimisión como miembro del secretariado nacional de Xavier Monge, quien había sido el candidato de la formación a la alcaldía de Barcelona en los comicios del 2011.

El consejo político de la CUP es el órgano intermedio entre las trece asambleas territoriales de la organización y el secretariado nacional, que dirige el día a día, y la asamblea nacional, el máximo órgano político. Fue el empate a 1.515 votos en la reunión del domingo pasado el que ha llevado a la convocatoria del consejo político de mañana, en el que participarán entre tres y seis representantes de cada asamblea territorial más los diez parlamentarios electos el 27 de septiembre. El encuentro de Barcelona servirá para resolver entre apoyar la investidura de Artur Mas con dos votos favorables y ocho abstenciones en la segunda votación, prevista para el día 7, y mantener el rechazo a su elección, lo que desembocaría dentro de una semana en la disolución del Parlamento catalán y la convocatoria de nuevas elecciones para marzo.

Los representantes de Poble Lliure, la corriente del partido de corte más nacionalista y proclive al entendimiento con Junts pel Sí, presionan para apoyar a Mas. «La CUP no se puede permitir tirar por la borda el plebiscito del 27S», declaró hace unos días Toni Infante, uno de los principales referentes de este sector. Pero sus palabras recibieron la contestación inmediata de Xavier Monge, quien en una serie de tuits llegaba a afirmar que «ya sería hora de poner encima de la mesa la pura realidad: el proceso es el mayor fraude de la política catalana». Y añadía: «Un mandato inexistente, una hoja de ruta en blanco, una legislatura muerta, y aún hablamos de investir al mayor cadáver político del momento. Bravo».

Las palabras de Monge reflejan nítidamente la postura de Endavant, el sector de la CUP que mantiene posturas más alejadas del nacionalismo y en las que predominan las máximas anticapitalistas y apuestas por la movilización popular. No obstante, la polémica generada por los tuits de Monge le llevaron a presentar la dimisión.

El aire de cisma en la organización se ve agravado por las continuas presiones que recibe del entorno secesionista, y que aumentan a medida que se acerca el momento de la reunión de mañana. Artur Mas aprovechó el mensaje institucional de fin de año para recordarle a la CUP que tienen «el deber de decidir». Y un grupo de dirigentes de la Assemblea Nacional Catalana, la impulsora del proceso secesionista desde la sociedad civil, han convocado para el mediodía de hoy una jornada de ayuno de 24 horas con la que pretenden presionar a los miembros de la CUP para que se inclinen por apoyar la investidura de Artur Mas.