Los expertos abogan por hacer cambios en el sistema electoral

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ELECCIONES 2016

J. J. Guillén | EFE

Apuestan por circunscripciones de tamaño medio, listas desbloqueadas y abiertas y una mayor proporcionalidad

24 dic 2015 . Actualizado a las 12:38 h.

El sistema electoral español no refleja fielmente la proporción entre los votos que recibe cada partido y los escaños que obtiene. En estas elecciones, PP y PSOE han sido los grandes beneficiados y Unidad Popular y Ciudadanos los grandes perjudicados. Los expertos consultados por La Voz exponen los cambios necesarios para mejorarlo, desde reducir el tamaño de las circunscripciones a las listas abiertas y desbloqueadas.

José Fernández-Albertos

Politólogo

-¿Cree que hay que cambiar el actual sistema electoral?

Sobre el sistema electoral para elegir el Congreso no tengo una opinión particularmente crítica. Creo que el nuestro combina particularmente bien la representación de la pluralidad de preferencias que existen en la sociedad con la facilitación de la formación de gobiernos, un aspecto importante en los sistemas parlamentarios. Pero sí hay aspectos que son mejorables.

-¿Qué modificaciones habría que introducir?

Mis sistemas preferidos son los de circunscripciones de tamaño medio (entre 6 y 14 diputados), en los que los partidos pequeños tienen oportunidades de entrar, pero solo si tienen cierto peso, impidiendo la hiperfragmentación. Nuestro sistema no es muy diferente, pero la gobernabilidad la conseguimos sobrerrepresentando a circunscripciones poco pobladas, donde a los pequeños les es muy difícil entrar, y que además tienen un sesgo ideológico determinado (conservador). Con circunscripciones de tamaño medio, además, podríamos corregir una anomalía de nuestro sistema: que son listas totalmente bloqueadas. Creo que hay que ser cauto a la hora de vender las bonanzas de las listas abiertas y desbloqueadas (tienen muchos menos efectos benéficos de los que se creen), pero con prudencia (en distritos no muy grandes), podrían contribuir a mejorar la selección de candidatos. Entiendo que estas reformas son difícilmente «comprables» por todos los partidos y quizá tengan un encaje legal complicado, pero yo apuntaría en esta dirección.

Félix Ortega

Catedrático de Sociología

-¿Cree que hay que cambiar el actual sistema electoral?

Conviene que las razones del cambio y las consecuencias se definan con claridad. Si se pretende  una representación  más proporcional, han de asumirse dificultades para formar gobiernos de consenso, que no respondan a  programas electorales específicos sino a pactos entre oligarquías. Hay amplio consenso para cambiarlo. Pero no en la orientación del cambio ¿Se mejorará? Veremos.

-¿Qué modificaciones habría que introducir?

Distritos unipersonales, listas abiertas, segunda vuelta en los ámbitos en que corresponda. Al menos los que dan sobre toda la prioridad a la ciudadanía. Primero, distritos unipersonales. Segundo, listas abiertas. Tercero, candidaturas independientes. Cuarto, en los ámbitos adecuados segunda vuelta (balotaje). Y quizá  algún criterio mayoritario (como el de Grecia). A todo ello añadir un nuevo sistema de financiación electoral.

Miguel Ángel Fresno

Profesor de Constitucional

-¿Cree que hay que cambiar el actual sistema electoral?

Distorsión del principio de igualdad del valor del voto. Es imprescindible reformar nuestro sistema electoral para que, por ejemplo, no quepa que, como ocurrió el pasado día 20, una candidatura, el PP, con el 28,72% de los votos consiga 123 escaños, que son el 35,14 % del Congreso, mientras que otra, UP-IU, con el 3,67 % de votos llegue a los 2 escaños, que son el 0,57 %. Eso supone una distorsión del principio de igualdad del valor del voto incompatible con nuestra Constitución.

-¿Qué modificaciones habría que introducir?

Batería de cambios para favorecer la representatividad. Creo necesaria una reforma del sistema electoral y de los reglamentos parlamentarios para mejorar la calidad del sistema democrático y favorecer la representatividad; ello implicaría cambios constitucionales (abrir el voto a los extranjeros residentes, eliminar el aforamiento y limitar la inmunidad parlamentaria) y legales: reducción de la edad electoral a los 16 años, listas parcialmente desbloqueadas, limitación de mandatos, voto electrónico a distancia para los residentes en el extranjero, debates obligatorios en los medios de comunicación, reducción de la duración de la campaña electoral, supresión de la jornada de reflexión, financiación electoral más equitativa, reducción de gastos (envío conjunto de toda la publicidad electoral), asignación más proporcional de los escaños (cambiando, por ejemplo, la fórmula D?Hondt por la Sainte-Laguë).