Pablo Iglesias aboca a Pedro Sánchez a una gran coalición con el PP

M.ª Carmen González Castro
M.ª C. González REDACCIÓN

ELECCIONES 2016

Las condiciones que plantea Podemos, entre ellas un referendum en Cataluña, resultarían casi imposibles de asumir para el líder socialista. Esto aboca al PSOE a permitir que el PP gobierne, o a dejar que el país se encamine a unas nuevas elecciones

21 dic 2015 . Actualizado a las 21:14 h.

Cuando el domingo por la noche Pablo Iglesias compareció ante los suyos y ante los medios con el escrutinio muy avanzado, sorprendió la dureza con la que se refirió a Pedro Sánchez -«ha obtenido los peores resultados de la historia del PSOE»-, mientras que pasaba de puntillas por la pérdida de más de 60 escaños que sufría el PP, en teoría su gran enemigo. A continuación, con grandes trazos, planteaba una serie de exigencias que todos interpretaron como las condiciones para poder apoyar a un futuro gobierno. Apenas doce horas después, ha concretado cinco líneas rojas en su hoja de ruta: un referendo en Cataluña que contribuya a diseñar un nuevo encaje territorial, una reforma constitucional para blindar los derechos sociales, una reforma del sistema electoral, proteger la independencia de la Justicia e introducir la moción de confianza ciudadana  si un partido incumple su programa.

Probablemente, las cuatro últimas serían asumibles o negociables para Pedro Sánchez. Pero ¿qué ocurre con el referendo para Cataluña? Salvo que las ansias de gobernar de los socialistas sean tantas que estén dispuestos a pagar cualquier precio, no parece ni probable ni aconsejable que el PSOE asuma semejante condición. La rama catalana del partido no lo aceptaría, Susana Díaz y muchos barones sacaría toda su artillería contra Pedro Sánchez y el daño en su electorado más tradicional en la próxima cita con las urnas sería más que notable.

De esta forma, a Pedro Sánchez le quedan dos opciones: condenar al país a unas nuevas elecciones en el plazo de algunos meses o, si quiere contribuir a la gobernabilidad, facilitar la investidura del PP, a quien correspondería formar ejecutivo, en palabras del propio líder socialista la noche electoral por ser la lista más votada. A Pedro Sánchez no le haría falta dar su apoyo expreso a Mariano Rajoy como presidente, sino que le bastaría con que la abstención del PSOE se sumase a la de Ciudadanos, que a estas alturas parece más que garantizada para investir a la lista más votada.

Aunque el secretario de Organización del PSOE, César Luena, se afanaba esta mañana en asegurar que bajo ningún concepto los socialistas facilitarían que Rajoy repita como presidente, la gran coalición a la alemana entre PP y PSOE es el gran escenario soñado por Pablo Iglesias, y a esa posiblidad parece estar jugando todas sus cartas, y en esa dirección está ejerciendo toda su presión. Es consciente de que de ahí saldría una legislatura inestable y corta, de la cual la formación morada obtendría muy buenos frutos. En la próxima cita electoral Podemos recogería cientos de miles de votos socialistas que no habrían entendido que sus diputados hubiesen facilitado un nuevo gobierno del PP.