Rajoy reivindica tras el suceso el «orgullo» de pertenecer al PP

M. Cheda A CORUÑA / LA VOZ

ELECCIONES 2016

CÉSAR QUIAN

Bromea: «Pegué carteles... y en Pontevedra aún se pega, mucho»

17 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un par de horas después del episodio de la agresión, el presidente del Gobierno concluyó en A Coruña su minigira por la comunidad. Ante unas 2.500 personas que dejaron pequeño Palexco, compareció aún sin gafas y con el rostro marcado. Estuvo allí Mariano, el tipo del albariño en casa de Bertín, y Rajoy, el señor serio del cara a cara con Pedro Sánchez. Porque se permitió bromear con el incidente que acababa de sufrir para luego, ya en tono grave, declararse «profundamente orgulloso» de pertenecer al PP, «una fuerza que se ha construido desde la base». El mensaje político que al comienzo del día pretendía remarcar quedó así un tanto difuminado: lo ha dado todo por Galicia, se ve ahora «mucho mejor» que en el 2011, España va bien y se ha cansado del cuerpo a cuerpo con sus adversarios en esta campaña, expuso.

En ningún momento aludió explícitamente el aspirante a la reelección al puñetazo encajado. Ni él ni quienes, como respetando una instrucción de apariencia de normalidad, lo precedieron en el uso de la palabra: el exalcalde Carlos Negreira, el aspirante a congresista Miguel Lorenzo y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, quien genéricamente censuró los «extremismos», la «violencia» y la «agresividad». El entorno de Rajoy, no obstante, apreció un chiste sobre el suceso en uno de los pasajes de su discurso. «Pegué carteles, y muchos, cuando se pegaban, y aún ahora se pega, en la provincia de Pontevedra, muchos», deslizó. Parte del público rio entonces, intuyó ahí también la sorna.

De sus rivales en la carrera hacia el 20D, de manera directa, ni pío comentó el líder del PP. «Ya se han dicho -adujo- muchas cosas, [...] me aburre profundamente». Prefirió venderse a sí y ante los suyos, en casa. «Cuando formé el Gobierno, el 22 de diciembre del 2011, le dije a todos los ministros muchas cosas, pero una de manera muy especial: que se ocuparan de Galicia. [?] Y creo que puedo presentarme en Galicia diciendo que hemos cumplido», proclamó ufano.

Por lo demás, mitin machacado con algo de aderezo nuevo: habrá libros electrónicos gratuitos en las escuelas y la España «negra, oscura o tétrica que pintan algunos» no existe en realidad. Para la tómbola de las promesas dejó los cuatro premios de siempre: dos millones de empleos, combate al terrorismo, unidad del país y mejores servicios.

«Estoy en un gran momento, me encuentro mucho mejor que hace cuatro años, con más ganas, con más fuerza. Necesito que me ayudéis a ganar», cerró el telón.